Al parecer estamos pasando de la época en la que “todo da cáncer” a la era de “todo es bueno para la salud”.

Y es que hace un par de horas publicamos una nota donde unos científicos afirman que asistir a conciertos es saludable, y ahora nos vamos enterando que también lo es tatuarse.

¿Estás tatuado y constantemente tu mamá te recrimina porque mancillaste tu piel? ¿Tu abuelita todavía llora cuando te ve ‘todo pintarrajeado’? Pues ahora puedes decirles que te tatuaste para mejorar tu sistema inmune. Esto de acuerdo a un estudio publicado en el American Journal of Human Biology, realizado por tres investigadores de la Universidad de Alabama.

Si bien hacerse un tatuaje tiene algunos riesgos como la posibilidad de una reacción alérgica, una infección en la piel o incluso de contraer Sida o hepatitis si no se tienen las medidas de higiene adecuadas, lo cierto es que de acuerdo a esta investigación, tatuarse también trae beneficios como el fortalecimiento de la respuesta inmunológica del cuerpo, lo que favorece la lucha contra las infecciones comunes como el resfriado.

Aunque ojo, este beneficio sólo lo adquieren quienes se han tatuado varias veces.

De acuerdo al doctor Christopher Lynn, autor principal de la investigación, la primera vez que te tatúas ocurre todo lo contrario pues por el dolor y los niveles de estrés que se presentan en el cuerpo las defensas bajan y es más fácil que caigas enfermo.

Para llegar a estas conclusiones, el estudio contó con 29 voluntarios, compuesto por dos grupos: Los que se iban a tatuar por primera vez, y quienes ya lo habían hecho anteriormente. Antes y después de que les pasaran tinta a cada personas se le tomó una muestra de saliva para medir los niveles de cortisol (hormona esteroidea liberada en respuesta al estrés) y de inmunoglobulina A (anticuerpo y primera defensa contra virus y bacterias).

Tras ser tatuados, los niveles de inmunoglobulina A era mayor en quienes se tatuaban por primera vez. En tanto, el organismo de quienes ya habían vivido la experiencia  se encontraba más preparado para combatir alguna posible infección. Para Lynn lo ocurrido es comparable a lo que experimentan las personas al ir al gimnasio: Los primeros días los músculos duelen, pero con el paso de las semanas éstos se hacen más fuertes y dejan de dar molestias.

Al tatuarnos más de una vez, el cuerpo amplía el umbral del sistema inmunológico de forma precautoria para futuros tatuajes.

¿Les parece lógico? Puede ser, sin embargo también hay quienes no avalan esta teoría, como Sylvie Stacy, doctora especialista en Medicina Preventiva, para quien esta investigación se vale de una muestra muy pequeña de individuos y únicamente considera a dos de las muchas sustancias que participan en la respuesta inmune del organismo.

“Yo no animaría a la gente a hacerse un tatuaje solo para beneficiar su sistema inmune. Hacerse un tatuaje conlleva riesgos significativos –entre ellos, infecciones, cicatrices y posibles efectos psicológicos adversos–. Es muy poco probable que estos riesgos compensen cualquier mejora que pueda producirse en la respuesta del sistema inmune”.

… declaró al HuffingtonPost.

Pues muy respetable la opinión de la doctora, aunque para ser honestos dudamos que alguien se tatúe sólo para mejorar su sistema inmune.

Para una bonita experiencia multimedia, vuelvan a leer esta nota mientras escuchan esta canción:

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Ah, y también tenemos esta otra opción, por si prefieren darle un efecto cursi-ranchero a la lectura (nomás no vayan a chillar):

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*** Vía Muy Interesante

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