Desde su aparición en el mercado los cigarrillos electrónicos siempre han generado polémica. Por muchos son vistos como una buena opción para aquellos fumadores que no desean inhalar tantas substancias tóxicas, otros señalan que estos artículos también traen riesgos para la salud.
Y saben, quizá tengan razón en este último punto, aunque no de la forma en la que ustedes se imaginan, con sustancias que poco a poco te van matando o contribuyendo a que desarrolles padecimientos peores. Por “riesgo” nosotros entendemos que el cigarro electrónico te explote en la cara.
Justamente eso le pasó a Ty (no lo juzguen, así le dicen) un chavo canadiense de 16 años que terminó en el hospital después de que estaba usando uno de estos artefactos y de buenas a primeras le estalló en las narices.
(Más abajo tenemos una foto de cómo quedó Ty después del accidente. Les advertimos que la imagen puede resultar fuerte para las personas sensibles, los niños y los fans del Cruz Azul, por eso les pedimos discreción).
De acuerdo a Perry Greer (papá de Ty), la semana pasada su hijo andaba usando el cigarro electrónico en un auto cuando…
“El fuego iluminó la cara de mi hijo y le rompió dos dientes. Se quemó la parte posterior de la garganta y la lengua. Si no hubiera traído lentes posiblemente habría perdido sus ojos”.
Esto ocurrió en Lethbridge, Canadá. Los papás de Ty inmediatamente lo llevaron al hospital. En el camino iba retorciéndose del dolor.
Al final Ty salvó la vida pero su rostro quedó como el de Santo Cristo, o bien, como extra de The Walking Dead:
¿Y dónde estuvo la falla? El papá de Ty lo ignora:
“Él apretó el botón y sopló, luego esperó un par de segundos y cuando el aparato estaba a dos pulgadas de su boca, voló en pedazos”
Abusados si suelen usar estas cosas del diablo nomás para sentirse los frescos. Cada quién tendrá su propia opinión respecto al uso de cigarros electrónicos, lo cierto es que a veces pueden ocasionar este tipo de accidentes.
