A finales de los 70s, el lobo gris mexicano se encontraba en peligro de extinción. Para ese momento, se estimaba que existía alrededor de medio centenar en México, pero hoy, gracias a los trabajos de especialistas y ciudadanos de 55 instituciones, la especie fue declarada fuera de peligro. ¡QUÉ BIEN!

La batalla aún no termina, por lo que el siguiente paso consistirá en proteger al lobo gris así como rehabilitar y conservar la zona norte del país y el sur de Estados Unidos, que es en donde habita esta especie. Por ahora, se sabe que la especie a ascendido a 356 ejemplares, según expone la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“En México contamos con un centro de rehabilitación, con dos encierros. Las zonas de liberación se ubican entre Sonora, Chihuahua, Durango, Zacatecas y Nuevo León; y en Estados Unidos, entre Arizona y Nuevo México”, explicó Xóchitl Ramos Magaña, veterinaria experta egresada de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán de la UNAM e integrante del Grupo de Manejo del Mexican Gray Wolf Species Survival Plan.

Los lobos, según explica Xóchitl, fueron liberados con un radiocollar, lo que les permite a los expertos monitorearlos y al mismo tiempo dar con bandas del crimen organizado con quien por mala suerte los animales se han encontrado.

Parte de la rehabilitación del lobo gris mexicano consiste en conservar los patrones conductuales silvestres de la especie así como su estructura social “para que puedan cazar presas apropiadas: venados, pecaríes, guajolotes, liebres y otros mamíferos pequeños”. 

Por ello, la Facultad de Ciencias recomendó: “cuando están en cautiverio no se deben crear lazos afectivos entre estos y los humanos, ni dependencia alimenticia, pues cuando son liberados buscan a la gente y eso los pone en riesgo”. 

“Carlitos” es uno de los 356 ejemplares de lobo gris mexicano que se encuentra actualmente protegido. Cuando lo encontraron estaba en malas condiciones y padecía de moquillo, pero consiguió librarla. Más tarde, un virus lo mandó a terapia intensiva, pero de nueva cuenta logró recuperarse.

El año pasado, “Carlitos” fue liberado junto a una hembra con sus cachorros, pero él no aprendió a cazar y comenzó a depredar ganado y a acercarse a a los poblados, por lo que regresó a cautiverio.

La rehabilitación de la especie requiere de un plan genético, etológico y de medicina preventiva. Para el salvamento genético, los animales más representativos del lobo gris mexicano son los principales candidatos a ser liberados. 

Al acercarse a los poblados, algunos lobos se cruzan con perros, dejando como resultado los llamados “loberros” o “coyolobos”, una especie que los especialistas no quieren que se dé.

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