Lo que necesitas saber:
El lado más desconocido de la Revolución Mexicana fue sin duda la notable participación de las mujeres, llamadas Adelitas.
Aunque algunas veces se asocia a la Revolución Mexicana con los caudillos, no hay que olvidar la participación importantísima de un grupo de mujeres, adelantadas a su época, conocidas como las Adelitas o “soldaderas”, fueron las guerreras más grandes de la Revolución Mexicana.
Para los que no las tengan presentes, cuando hablamos de las Adelitas nos referimos a una multitud de madres, esposas, tías y jóvenes inquietas que durante la revolución abandonaron su vida para sumarse a la lucha de todas las formas posibles.
Algunas les cocinaban a las tropas hambrientas, otras sanaban las heridas de los caídos en las batallas y unas cuantas incluso tomaron las armas y lucharon junto a los hombres por un país más justo y por todas las mujeres que en los primeros años del siglo XX no tenían casi ningún derecho.
Ante la responsabilidad histórica que se les presentó y la necesidad de ganar, las Adelitas tuvieron que volverse valientes y un poco sordas. La sociedad de su época era absolutamente cerrada y al verlas con las armas en las manos les gritaban que regresaran a sus casas y las acusaban de marimachas.
Dicho lo anterior, y porque no hay mejor manera de conmemorar el 20 de noviembre que recordado a todos los héroes anónimos, aquí les dejamos un poco de la historia de estas mujeres únicas.
¿En qué país vivían las Adelitas?
Cuando Francisco I Madero llamó a la población a tomar las armas el 20 de noviembre de 1910, campesinos, jornaleros y soldados experimentados lo siguieron incondicionalmente.
La misión era terminar con décadas de una dictadura lacerante que tenía a la mayor parte de los mexicanos trabajando mucho y ganando poco, en particular a los trabajadores de las fábricas y los campesinos que tenían que entregar su existencia a un puñado de terratenientes.
Fue así que, tras la cruzada de Madero, por toda la república mexicana comenzaron a darse levantamientos. La consigna era “educación, tierra y libertad”; exterminar el sistema medieval que regía la política y crear una sociedad más justa en la que todos pudieran tener calidad de vida, no sólo vida.
Aunque la gran parte de los expertos ignoraron el papel de las mujeres durante el conflicto, y generaron grandes narrativas masculinas protagonizadas por Zapata, Carranza, Villa, Obregón y Francisco I Madero, sí se sabe que el papel de las Adelitas fue decisivo para conquistar derechos y posibilitar un nuevo estado de derecho.
Las primeras Adelitas
Las revueltas duraron poco más de diez años. En este periodo murieron casi 1 millón de personas. El país se sumegió en una atmósfera lúgubre en la que los ídolos subían y caían con la misma facilidad.
En este contexto, tras la decena trágica y la traición de Huerta, la esposa de Francisco I Madero, Carmen Serdán, llamó a las “soldaderas” a sumarse a la lucha. La responsabilidad de sacar a México del hoyo era de todas, no sólo de los hombres.
Fue así como mujeres de todo el país, en particular las de las clases bajas, dejaron sus casas, se empoderaron y se metieron de lleno en el conflicto.
Una parte se fueron a perseguir a sus esposos e hijos que estaban en el campo de batalla. En tanto, las mujeres de las ciudades inauguraron espacios de debate político y las más decididas tomaron los rifles y le pusieron el cuerpo a la causa.
Tras el paso de los años, la sensible baja de hombres en batalla, requirió que muchas sustituyeran a los hombres en labores esenciales para que el país no se viniera abajo. Fue así como las que podían desempeñaron labores agrícolas, obreras y hasta de estrategia militar.
Por su parte, la violencia de la Revolución forzó a una buena parte de las madres, amas de casa e hijas a tomar las armas para que los ejércitos no arrasaran con sus pueblos y ellas terminaran despojadas en el mejor de los casos, violadas en el peor.
Las Adelitas aprendieron a cuidarse a ellas mismas.
La contribución de las Adelitas
La lucha de todas estas heroínas desconocidas representó la llegada definitiva del feminismo a México. A las Adelitas les debemos, por ejemplo, la posibilidad de votar y que la Constitución de 1917 se redactara desde la igualdad de géneros.
Estas mujeres lograron hazañas extraordinarias. Tuvieron que adaptarse a un mundo masculino que las despreciaba, supieron cruzar las adversidades y sobrevivir a todo, a la pobreza, a su analfabetismo y a los prejuicios de una sociedad machista en la que sólo los hombres tenían derecho a tener convicciones políticas.
Adelitas destacadas
Todas contribuyeron, pero vale la pena destacar el papel de la valiente secretaria de Venustiano Carranza, Hermila Galindo, que a través de su puesto y de decenas de viajes diplomáticos incitó a las Soldaderas a reconocer la importancia de su autosuficiencia y reclamar en voz alta sus derechos.
También debemos recordar a dos Adelitas que se volvieron expertas en el campo de batalla. Ángela Jiménez, conocedora de los explosivos y Amelia Robles, una pistolera que luchó junto a Zapata y se entregó a la causa pasando de largo su género, como la misma Juana de Arco.
Cada una merece su propio relato y un lugar en nuestra historia, que haya calles con sus nombres y que cada 20 de noviembre se repitan sus hazañas. Que las y los mexicanos las adoremos y que de una vez por todas, las mujeres reconozcamos la verdadera fuerza que tenemos.