Sí, amamos a la naturaleza. Con sus poéticas, casi irreales, paletas de colores, los hongos que crecen cerca de los árboles, las tardes de cielo azul y nubes gruesas, tan grandes que parece que se van a caer del cielo. También amamos los bichos, en particular a las luciérnagas, esos escarabajos bioluminiscentes que vuelan por el bosque cada vez que llegan las temporadas de lluvia.
Y aunque siempre nos han parecido lejanas, difíciles de encontrar, desde hace unos años estos magníficos gusanos de luz han escogido a la Ciudad de México como parte de su viaje, y han comenzado a iluminar uno de los parques urbanos más grandes e importantes del mundo: Chapultepec.
El viaje de las luciérnagas a la Ciudad de México con destino al bosque de Chapultepec
Ver el espectáculo que nos ofrecen los escarabajos voladores es una de esas cosas que tienes que apuntar en tu bucket list sino de la vida, por lo menos de uno de esos fines de semana con ganas de hacer algo diferente a ver Netflix todo el día.
Durante la temporada de lluvias, las luciérnagas inundan una gran parte de los bosques de México. Por la naturaleza templada de nuestro país se pueden contemplar en muchos sitios; hay tanta variedad, que incluso en Tlaxcala o Puebla incluso se han apreciado especies endémicas.
Afortunadamente para todos los chilangos, ya no hay que salir de la ciudad para verlas. Recientemente la Secretaría del Medio Ambiente informó de un crecimiento sustancial en la población de luciérnagas en la Ciudad de México, en específico en el Bosque Chapultepec, donde los escarabajos voladores han llegado a la Primera y la Tercera Sección.
Los capitalinos podremos verlas por la noche, en zonas aisladas con poca contaminación lumínica en donde haya mucha humedad. Sin embargo, antes de ir a contemplarlas es muy importante saber que no se les debe de molestar de ninguna manera, ni mucho menos poner en riesgo su conservación. Se recomienda no tocarlas y de ser posible no acercarse tanto a ellas para tomar fotos.
Pero… hablemos un poco de estos bichos de luz
Se calcula que en el planeta existen al menos 2 mil tipos de luciérnagas. Estos animalitos son fanáticos absolutos de la humedad, por eso se les encuentra casi exclusivamente en sitios de clima templado que en su mayoría se ubican América y Asia.
Se reproducen las noches de verano, al lado de un lago, cerca de un pantano, entre la oscuridad de los árboles y el pasto, en jardines de aquí y de allá.
Si bien forman parte de la familia de los escarabajos lampíridos – bichos de luz– son los únicos miembros de esta selecta comunidad que pueden volar.
Por su parte, la luz que generan ha sido estudiada durante décadas y décadas por grandes grupos de científicos que han llegado a la conclusión que el destello que producen se genera gracias a una afortunada combinación de calcio, magnesio, oxígeno y un químico que se conoce como luciferina, una sustancia especial que vive en su abdomen y que es la responsable de hacernos ver brillos azules, anaranjados y verdes.