Volar puede ser una experiencia muy placentera o lo peor que te haya pasado en el día. Desde hacer filas para documentar, pasar por todos los filtros de seguridad, la tediosa fila para abordar solo para que te toque en medio de dos niños pequeños, de un borracho o de alguien que no sabe el significado de “espacio personal”.
Todo esto no le quita lo bonito a viajar, llegar a otro destino y relajarse un rato. Aunque hay personas que seguramente no la pasan tan bien cuando abordamos un avión y esos son los sobrecargos, que si bien les puede tocar un vuelo tranquilo, también puede ser un infierno.
El sitio Thrillist se dio a la tarea de encuestar a varios sobrecargos de diferentes aerolíneas, sin revelar a cual pertenecen ni sus nombres, para que contaran las peticiones más extrañas que han tenido en un vuelo. Chequen nada más lo extraña que puede ser la gente:
- En un vuelo de Moscú a Nueva York, un pasajero me pidió el aparato para pedir la presión, pues había recibido un transplante de riñón en el mercado negro de Rusia y debía checar sus signos vitales.
- En una ocasión una pareja pidió un Tylenol, el esposo acaba de recibir un implante en el pene, que al final la señora tuvo que removerle a la mitad del vuelo.
- Un pasajero pidió una pastilla anti gases, para el pasajero de enfrente.
- Una chica con una mini mini falda pidió un tampón, pues no traía ropa interior.
- Un hombre me pidió que le diera mis calzones, cuando le indique que no tenía más en mi maleta, me pidió las que traía puestas.
- En una ocasión un pasajero me pidió que le cambiara un catéter.
- Un hombre me pidió que bloqueara un baño para que el pudiera rasurarse sus partes privadas.
- Mientras sostenía la foto de un gato, un pasajero me pidió si podía bajar a las maletas a visitar a su mascota.
- Era mi primer vuelo, un hombre me pidió una galleta para perros, aunque él no estaba viajando con ningún animal.
- Una señora me pidió que echara las cenizas de su esposo por el escusado, para que pudiera estar en el mar.
- En una ocasión, una mujer mayor me preguntó si podía casarme con su hijo, pues su novia estaba loca.
Para que vean que ellos también sufren cuando vuelan con personas tan extrañas.