En esta vida todos la regamos de vez en cuando. Algunas veces dejamos las llaves dentro del coche cuando ya lo cerramos con seguro, pisamos popó de perro o se nos cae nuestro único billete en una coladera. Todo eso es perfectamente comprensible porque le ha pasado a todo el mundo; lo malo sería que nos ocurriera lo que a unos ladrones, que de plano se volaron la barda.
La historia que vamos a contarles tuvo lugar en Santa Clara, California, donde un negocio de aparatos de alta tecnología sufrió un robo a gran escala. El personal reportó que unas personas irrumpieron en el establecimiento y hurtaron más de 100 dispositivos de rastreo con GPS, además de otros artículos.
Todo marchaba a la perfección para los rateros, ya que pudieron huir de la escena sin ser capturados. Sólo les esperaba festejar su más reciente éxito… o al menos eso pensaron.
Estos genios no se dieron cuenta de que varios de los aparatos que robaron estaban encendidos y que en ese mismo instante, enviaban datos sobre su ubicación a la compañía Roambee Corporation.
Los dispositivos lucen como cargadores de teléfono celular, así que ellos pensaron que podrían venderlos en la calle, dijo el co-fundador de la compañía, Vidya Subramanian. Cuando nos dimos cuenta de que tenían una caja con rastreadores, nos pusimos en modo de recuperación. Reportamos lo ocurrido a la policía, les proporcionamos aparatos para localizar a los ladrones y en aproximadamente cinco o seis horas, todo había terminado.
Antes de que los “genios” robaran la mercancía –que en total tenían un costo de 18 mil dólares– tuvieron la osadía de tomar cervezas que encontraron en un refrigerador de la compañía y hasta se cortaron, dejando así su sangre y huellas como evidencia. Cuando la policía llegó a su escondite, no sólo encontraron el botín, sino que se toparon con drogas y más cosas que los ataban a otros crímenes.
Finalmente, dos tipejos fueron arrestados, el equipo fue recuperado y todo terminó bien.
Esto nos deja como lección que debemos elegir bien el estilo de vida que debemos llevar. Una cosa es que los conozcan como aquel sujeto que siempre derrama el café en la cocina de la oficina y otra es ganar fama por ser los ladrones que provocaron su propio arresto.
