Todo comenzó cuando el artista estadounidense Paul McCarthy creó e instaló una escultura inflable en el corazón de París a la que llamó “Tree”.
En un principio, esta obra fue admirada por todos. Esta aparente paz y aceptación hacia la obra cambió cuando McCarthy se hizo el chistoso en una entrevista y cuando le preguntaron sobre la forma de su obra explicó que:
“Todo comenzó como una broma. Originalmente pensé que los tapones anales tenían forma similar a las esculturas de Brâncuși. Después me di cuenta de que se parecían a un árbol de Navidad. Pero es una obra abstracta”.
Estas declaraciones provocaron que los vecinos se tomaran muy en serio aquello de los “tapones anales”, y se ofendieran por tener cerca de sus hogares una escultura con forma de “juguete sexual”. Por ello, varias personas no identificadas cortaron los cables que sostenían la escultura y descompusieron la máquina que la mantenía inflada.
Tras estos actos vandálicos, el artista dijo que volverá a instalar su escultura inflable a la brevedad, a pesar de la oposición de los vecinos. Para ello cuenta con el apoyo de Anne Hidalgo, alcaldesa parisina, quien señaló que…
“París no sucumbirá a las amenazas de quienes, atacando a un artista o a un trabajo, atacan a la libertad artística. El arte tiene su lugar en nuestra calles y nadie logrará auyentarla”.
Dicen las abuelitas que “el que hambre tiene, en pan piensa”, y eso aplica a estos vecinos parisinos de mente cochambrosa y con poco espíritu navideño.
¿Era pa’ tanto?