Ya sea por ahorrar espacio en la basura, por simple costumbre e incluso por pura diversión, aplastar latas de aluminio es algo que muchos hacemos cotidianamente. Sin embargo, parece que esta práctica la hemos estado haciendo mal todo este tiempo, y probablemente muchos hemos sido culpables de que muchas de estas latas no se reciclen. ¡¿POOOOR?!
De acuerdo al director sénior de asuntos públicos de la Asociación de Aluminio en Estados Unidos, Matt Meenan, aplastar las latas antes de reciclarlas no es una buena idea, ya que la mayoría de las instalaciones donde se separa la basura utilizan un sistema de reciclaje de flujo único, es decir, en donde todo se mezcla al llegar y posteriormente se clasifica utilizando criterios de material y forma.
En el caso de las latas, al aplastar una le estarás quitando su forma original, lo que provocará que la máquina de reciclaje no la reconozca y la mande directamente a la fila de “no reciclable” o peor aún, que la junte con los lotes de papel o cartón y al final esa lata contamine ese lote de reciclaje por completo, provocando a su vez que nada de todo eso vuelva a ser reciclado.
Meenan afirma que existen más de 40 mil millones de latas que terminan en tiraderos de basura en los Estados Unidos cada año, algo que no es para nada barato, pues esto equivale a más de 800 millones de dólares de material perdido. Además, el director de la Asociación de Aluminio considera que al dejar las latas con la forma original, es más fácil que éstas sean detectadas cuando llegue el momento de separar basura, eso sin mencionar que los imanes pueden hacer más fácil su chamba y recoger las latas más rápido.
Así que la próxima vez que se les ocurra aplastar una lata, piensen dos veces si quieren que ésta se recicle o ya no tenga una segunda oportunidad. ¡Mucho ojo!