¿Llegó la hora de conocer al suegro o ir a una entrevista de trabajo? ¡Aguas!, porque un simple saludo de mano, podría definir la percepción que la otra persona tenga de ti. De acuerdo con un nuevo estudio, un simple apretón de manos prolongado, puede llegar a invadir el espacio vital, provocando incomodidad, angustia y hasta ansiedad. Afortunadamente, ahora la ciencia nos indica el tiempo exacto que debe durar un saludo de mano.
Pero primero, demos un repaso acerca de la forma correcta de saludar, que no es ofreciendo solo los dedos, como lo hacen los más reservados, ni tampoco mostrando la fuerza de Hulk, pulverizando los huesos del interlocutor. Basta embonar tu mano con la de la otra persona de forma firme y segura. Precisamente, los investigadores de la facultad de psicología de la Universidad británica de Dundee, en Escocia, pensaron que en el mundo, ya hay demasiados libros de etiqueta que explican a detalle la forma adecuada de estrechar las manos, por lo que decidieron a investigar un campo menos explorado en el campo de las relaciones interpersonales.
El estudio publicado por el Centro Nacional para la Información Biotecnológica, determinó que el tiempo exacto que debe durar un saludo de manos es de tres segundos, logrando una empatía con el interlocutor. “Los apretones de manos son un saludo particularmente importante y pueden tener consecuencias duraderas para las relaciones que formamos” dijo la Dra. Emese Nagy, autora principal de la investigación a ‘The Telegraph‘.
Añadiendo que “Hay diferentes evidencias que sugieren que muchos comportamientos, como los abrazos, caen dentro de una ventana de aproximadamente tres segundos y este estudio ha confirmado que los apretones de manos que ocurren en este período de tiempo, se sienten más naturales a comparación de aquellos que duran más tiempo”.
La investigación puso a prueba a diferentes participantes para medir las conductas positivas o negativas con tres diferentes variables, la primera, con un saludo de mano prolongado que durò más de tres segundos, la segunda con un apretón de manos que durò cerca de los tres segundos y finalmente los expusieron a un encuentro donde solo se saludaron a distancia.
Los análisis de comportamiento revelaron que, un apretón de manos que no exceda de los 3 segundos, suele ir acompañado de sonrisas y risas, ambos signos reveladores de un saludo exitoso. En contraste, con un apretón de manos que dura más de esa longitud, los participantes se mostraron incómodos, dejaron de sonreír y también mostraron evidencia de ansiedad y ‘congelación conductual’, indicada por un aumento en los movimientos de las manos , al tiempo que mostraron movimientos corporales más rígidos. Mientras que, en cambio no se asociaron cambios de comportamiento condicionantes, cuando el saludo solo fue de lejitos.
