Con el clima errático, la desaparición de especies animales, sobrepoblación y varios factores más, hoy más que nunca debemos cuidar nuestro medio ambiente. Hacer uso de artículos degradables y manejar bien nuestros recursos, es momento de cuidar de nuestro planeta.
Ahora, si tan sólo pudiéramos llamar al Capitán Planeta
Es por esta razón que las personas cochinas que no tienen conciencia sobre el cuidado de nuestro mundo son vistas con malos ojos. Sin embargo, tampoco creemos que mandarlos a la cárcel sea buena idea.
De un tiempo para acá se introdujo la idea de las bolsas de plástico degradables, al punto en que es común para todo establecimiento comercial el dárnoslas. Fuera de que se espera que nuestra conciencia nos haga usar este tipo de artículos, en países como Kenia pareciera que están exagerando un poquito.
Según un reporte de NPR, a partir del 28 de agosto se ha prohibido el uso de bolsas de plástico en Kenya, resultando en una multa de 38 mil dólares y hasta cuatro años en prisión de ser atrapados con este material:
“Es una toxina de la que nos tenemos que librar. Está afectando nuestros suministros de agua. Afecta a nuestro ganado y, peor aún, la estamos ingiriendo como humanos.”
Si bien es cierto que hay que pensar en los niños y en nosotros, esta medida es sumamente controversial, en especial por la falta de recursos de la población keniana:
La Asociación de Manufactores se opondrá a la prohibición, ya que dicen que el 3% de todos los kenianos están directamente empleados por las 176 manufactureras de plástico en el país. La prohibición costaría cientos de miles de trabajos. También está el problema de la conveniencia. Cuando visitamos Kibera en junio se reportó una gran oposición por parte de los residentes.
En el ejemplo de Kibera, asentamiento informal en los suburbios de Nairobi, las bolsas de plástico son utilizadas como baños improvisados, ya que la falta de agua y retretes los obligan a defecar en bolsas de plástico.
“Tal vez sea visto como algo muy práctico para los círculos internacionales, Pero en realidad, en lugares como Kibera necesitamos de estos plásticos.”
No nos queremos ni imaginar la fianza que deberían de pagar la gente de Kibera por ser agarrados con bolsas de plástico llenas de residuos fecales…