La pandemia del coronavirus vino a cambiar muchas cosas en nuestras vidas, desde la manera en que salimos a la calle –en caso de ser necesario– hasta la forma en la que viviremos cuando de una vez por todas esto se termine. A lo largo de estos días hemos visto toda clase de actos de amabilidad por parte de muchas personas, pero nada como lo que hizo un joven por una perrita que estaba desamparada.
Esta es la historia de Piero Jimenez, un chico de 19 años que vive en la localidad peruana de Los Olivos, muy cerca de Lima. Debido a que la pandemia afectó económicamente a su familia, el joven tomó la decisión de trabajar como repartidor en su moto, llevándole encargos a sus vecinos para sacar un poco de dinero, aunque no solo lo hacía para que los suyos estuvieran bien, también por los perros callejeros que cuida.
Resulta que Piero –a su manera- es protector de animales–, hasta la fecha ha rescatado a cuatro peludos de seis que viven con él, pero nadie como Negrita, una perrita que le vino a cambiar la perspectiva que está enfrentando por el coronavirus. De acuerdo con medios locales, el joven andaba repartiendo encargos en el distrito de Santiago de Surco cuando la vio abandonada, buscando comida y un techo, así que decidió llevársela a su casa.
La perrita pasó su primera noche con el joven y rápidamente se encariñó con él, a tal punto que lloraba desconsolada cada que Piero salía a trabajar en su moto –quizá por el abandono que había sufrido Negrita en el pasado–. Para evitar que anduviera todo el día triste y sola, decidió adaptar una mochila para llevarla a todos lados mientras hace sus entregas y así, pasar el tiempo necesario juntos.
Según el propio Piero, su sueño es que así como lo hizo con Negrita, pueda rescatar a más perritos durante la pandemia: “Ahora también me dedico a vender mascarillas para poder alimentar a los perritos. Quiero seguir rescatando, pues frente a mi casa tengo un terreno para darles un albergue a los perros que también han sufrido durante la cuarentena”.
Por ahora, Piero y Negrita tendrán que esperar para ayudar a más doggos como ella, pero mientras eso ocurre este par de amigos seguirán viviendo nuevas aventuras, y todo gracias al corazón y la amabilidad que tuvo este joven con la perrita. Se vale llorar con esta historia.