Si algo tenemos muy claro es que cualquiera que tenga una mascota, haría lo que fuera por asegurarse de que esté bien y no le falte absolutamente nada. Sin embargo, hay quienes de verdad demuestran que además de darle todo el amor, cariño y dedicación que merece un animalito, literal darían su vida para. ponerlos a salvo. Tal como sucedió con una joven que tuvo que abandonar Ucrania y para sorpresa de todos, regresó por su perrito.
El conflicto entre este país y Rusia sigue bastante tenso. A pesar de que se han abierto mesas de negociación, el ejército de Vladimir Putin continúa llevando a cabo operaciones militares –o ataques, vaya– en las ciudades ucranianas más importantes. Y como siempre suele suceder en estos casos, los afectados son todos los ciudadanos que quedan en medio de la bronca, pero también son ellos los que nos regalan historias asombrosas, como la que les contaremos.
Esta joven abandonó Ucrania junto a su perrita
Resulta que hace unos días se hizo viral el caso de una joven llamada Arya Aldrin. Ella es una chica de 20 años originaria de la India que se encontraba en Ucrania estudiando medicina. Sin embargo, cuando las cosas se salieron de control, no le quedó de otra más que intentar salir de ahí por su propia seguridad, aunque se negó a abandonar el país si no se iba junto a Zaira, su perrita husky siberiano que más que su mascota, es su compañera.
Arya llegó a territorio ucraniano en 2020 para iniciar sus en la Universidad Médica Nacional Pirogov Memorial en Binnystsya. Un año después, una de sus amigas le regaló a Zaira en diciembre del 2021, quien en ese momento apenas era una cachorrita. Casi de inmediato crearon un lazo muy fuerte que nadie podía entender, tanto así que la peluda se negaba a comer hasta que no llegara su dueña de la escuela.
Sin embargo, la vida de la joven y su perrita cambió de un momento a otro cuando comenzó el conflicto entre Rusia a Ucrania. Varios de sus conocidos le recomendaron encargar a su mejor amiga en un refugio o con una persona de confianza, pero ella se negó rotundamente. Gracias al apoyo de distintas fundaciones y organizaciones en pro de los animales, Arya consiguió en un día un pasaporte para mascotas, documentos de vacunación y un microchip para Zaira.
Las dos iniciaron un viaje bastante complicado para salir
Así, ambas. iniciaron un largo viaje para salir de Ucrania por la frontera con Rumania el pasado 26 de febrero. Todo iba bien, estuvieron un buen rato en un camión hasta que el chofer las dejó a unos 20 kilómetros de su destino debido a que había una larga fila de vehículos que buscaban abandonar el país. La situación se complicó, pues a pesar de que llevaban comida, no empacaron agua y desde ese punto, Arya tuvo. que cargar a Zaira.
Durante 12 kilómetros, la joven cargó a su perrita de 16 kilos, pero después de este momento tan difícil por fin llegaron a la frontera con Rumania. En medio de todo el caos, a ambas las empujaron y a la peluda incluso hasta le dieron una patada, es por eso que esperaron unas horas en un refugio para recobrar fuerzas para continuar con el viaje. Esta solo era la primera parte de su plan de escape, ya que todavía les faltaba mucho para salir de la zona de peligro.
Después de una enorme travesía, llegaron a casa
Gracias a un vuelo organizado por el gobierno de la India, las amigas salieron de Rumania con destino a Delhi. De dicha ciudad tomaron otro vuelo. hasta Kochi y luego de todo lo que tuvieron que pasar, las recibieron en casa de Arya. “Pase lo que pase, no podía dejar a Zaira (…) No puedo explicar la sensación de alivio que sentí cuando cruzamos (…) Sabía que nadie más la amaría y mimaría como yo lo haría”, declaró la chica a distintos medios como BBC.
Ahora, las dos viven junto a la familia de la joven, quien dice estar celosa porque la perrita pasa más tiempo con su mamá que con ella. Pero lo más importante de todo es que salieron sanas y salvas de Ucrania, y que afortunadamente el caso de Arya es de los pocos con éxito, ya que muchas personas tuvieron que abandonar a sus mascotas con tal de salir del conflicto. No cabe duda de que un humano haría cualquier cosa por su lomito.
