Hay dos cosas que a la mayoría nos gustan: ganar dinero y ayudar al planeta. ¿O no? Sin embargo, difícilmente asociaríamos ambas actividades con ir al baño a “tirar la basura” o como le quieran llamar, jeje. Pues bueno, resulta que en una universidad de Corea del Sur han hecho coincidir todo esto en un ingenioso y ecológico proyecto. Y si esta nota los agarró en el trono, pues qué mejor… PLOP!
El caso toma lugar en el Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología de Ulsan (UNSIT), donde un profesor de ingeniería ambiental y urbana, llamado Cho Jae- weon, diseñó un inodoro ecológico que convierte el excremento humano en energía para un edificio del campus. Además, quienes hacen uso del inodoro son recompensados con una moneda virtual.
Este inodoro es llamado BeeVi, nombre que resulta del acrónimo formado por las palabras del inglés “bee” y “visión”. Básicamente su función consiste en succionar, con la menor agua posible, las heces y así conducirlas hasta el tanque de un laboratorio subterráneo. WHAAAAT?! ¿Cómo que succionar?
Tranqui, jaja, ahí te va: ya en el tanque, los micrororganimos se encargan de descomponer los desechos en metano y biogas, elementos que más tarde son ocupados para activar diferentes funciones en un edificio del campus. O sea, no es como que te succionen nada… solo al tanque.
En sí, la energía que se obtiene de las heces humanas alimenta una estufa de gas, echa a andar una caldera de agua caliente y activa una celda de combustible de oxido. “Si pensamos fuera de la caja, las heces tienen un valor preciado para generar energía y estiercol. Lo que yo he hecho ha sido poner ese valor en una circulación ecológica”, menciona Cho.
El profesor también dijo que una persona defeca aproximadamente casi 500g al día (que conste que se usó la palabra “aproximadamente”, acá no cuenta si fuiste al Borrego Viudo un sábado a las 3am). Eso es lo que se convierte en gas metano, que puede producir hasta 0,5kWh de energía.
Y por si fuera poco, tiene su recompensa para el usuario. Y es que Cho ideó también una moneda virtual que se obtiene luego de “donar” energía al edificio. La moneda en cuestión se llama Ggool, lo que significa miel en coreano.
Las Ggool pueden ser gastadas únicamente en la universidad, pero a cambio de ellas es posible obtener desde un plátano, café, y unos buenos fideos, hasta libros y otros materiales escolares. Quién diría que ir al baño te iba a dar un ramen de vuelta… ja.
Así que ya se imaginarán, los estudiantes de esta universidad seguro ya andan rompiendo tabús mientras hablan de cuántas Ggool han acumulado. Ya se imaginarán.
