Si ya andas esperando con ansias la llegada de IKEA a México (cof cof, otoño 2020) y ya tienes un idea bastante clara de cómo vas a remodelar tu casa cuando el gigante sueco llegue a suelo nacional, deja te emocionamos un poquito más para la esperada fecha, y es que… ¿a qué edad te enteraste que IKEA tenía su propio hotel y toda la cosa?
Así como lo lees, la marca tiene un hotel ubicado en Älmhult, un pequeño pueblito al sur de Suecia, abierto a todo el público, en donde cualquier mortal como nosotros podría hospedarse sin problema alguno.
Tuvimos la oportunidad de visitar este pequeño pueblito, en el que fue fundada la primera tienda de IKEA en 1943 (que por cierto, ahora es un increíble museo), y así mismo, nos alojamos en este hotel para contarles un poco de la experiencia que tuvimos.
Por supuesto, todo, todo, todo, es con materiales propios de la marca sueca, desde las sábanas de la cama, hasta los platos del restaurante, todo es de IKEA, y si bien el hotel no destaca por se el más lujoso del mundo, sí hace un trabajo estupendo en cuanto a comodidad, funcionalidad, y excelente experiencia para los huéspedes.
Empecemos diciendo que las recámaras son bastante pequeñitas –más no incómodas–, pero lo increíble de IKEA es que tienen accesorios y muebles bastante funcionales para que le saques provecho a los espacios reducidos. Por cierto, las recámaras familiares ocupan literas, o sea, algo así:
Lo mismo con los baños. No esperes la tina enorme, pero sí un espacio súper minimalista con todo lo necesario para… ya sabes.
El lobby y la estancia principal del hotel te reciben con muchísima luz y con unos sillones súper acogedores que no hacen más que invitarte a echarte una pestañita… que bien se agradece porque este pueblito está bastante retirado de la civilización (aunque moverte es súper fácil).
En cuanto a los pisos de cada hotel, es importante mencionar que cada uno cuenta con su propia estancia, pero no solo eso, sino que tienen su mini-comedor para que te puedas echar tu cafecito mañanero, sin prisas, y de manera más privada que bajar al restaurante. Lucen algo así:
Y hablando del restaurante, todos y cada uno de los elementos y accesorios –al igual que prácticamente todo lo del hotel– es de la marca de casa, como ya lo habíamos mencionado. Cuenta con tres estancias para que puedas darle gusto a la panza la hora de desayunar/comer/cenar/snacks. Por cierto, la comida es deliciosa.
Ahí les van algunas fotos de cómo luce el hotel por fuera, junto con la tienda de IKEA y la estancia del lobby para subir a las habitaciones.
Sí, muy bonito y todo, ¿pero de a cómo?
Este hotel, a pesar de que está un poquito fuera de la civilización, se encuentra bastante cercano a la estación de trenes y autobuses de Älmhult (500 metros aproximadamente). Por supuesto, cuenta con WiFi, y estacionamiento gratis… y por cierto, es pet friendly.
Los precios van desde las 345 SEK (coronas suecas) que son algo así como 700 pesos mexicanos, hasta los 995 SEK, o sea poco más de 2 mil pesotes. Nada manchado. (Más información por acá).
¿Lujoso? No necesariamente. ¿Cómodo? Mucho. ¿Recomendable y acogedor? TOTALMENTE.