Ahora sí, como diría El Bromas (alias el Joker),“vivimos en una sociedad” convulsionada donde extenderle la ayuda a otra persona no es lo más común. Y en un contexto como el que vivimos con la pandemia, la cosa se pone más complicada… o eso es lo que un hombre disfrazado de Chucky quiso comprobar.
Sí, tal como lo lees. Un sujeto caracterizado como el muñeco diabólico decidió salir al metro de Nueva York para realizar un experimento social de una forma bastante peculiar. Su objetivo: comprobar que a las personas les importa más obtener unos likes que echarle la mano al prójimo.
Chucky aterroriza Nueva York
Hasta parece el título de una nueva película de la franquicia ¿no lo crees? Sin embargo, se trata en esta ocasión de un video que se hizo viral en los últimos días. En el clip, se aprecia cómo un hombre vestido con el reconocido atuendo del Chucky se abalanza sobre una mujer a la cual le toma de las piernas.
Ella, quien por cierto no trae cubrebocas (recuérdenlo bien), comienza a patalear para quitarse de encima al extraño que la está espantando. A su alrededor, solo se ve a varias personas grabando lo que ocurre. Al final, el sospechoso sale de la escena corriendo… pero todo esto tiene truco.
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Un experimento social
Lo que parecía una locura producida por un extraño Chucky resultó ser un experimento social realizado por un influencer identificado como Miguel, que en redes sociales usa el nombre de usuario @43giant. Tras hacerse viral su video, el creador de contenido reveló a The New York Post que en realidad su objetivo era comprobar qué tan acomedida podría ser la gente en una situación de peligro.
“Esperaba que la gente al menos la ayudara… Ella es una mujer que grita pidiendo ayuda rodeada de gente y nadie se acercó“, comentó el actor a dicho medio. Además, la mujer a la que ataca y que no trae cubrebocas también formó parte del experimento. La chica se llama Sara, quien es actriz y comediante que recurrentemente se une a las bromas que Miguel realiza.
El hecho de que la colaboradora no llevará mascarilla se debe a que Miguel y su equipo de producción querían ver si eso modificaría la conducta de la gente, aunque nadie realmente se acercó. “Como era de esperar, nadie ayudó. En cambio, decidieron grabar”. Según cuenta el hombre a NYP, repitieron la escena en diversos vagones y el resultado fue básicamente el mismo.
Y bueno, en ese sentido, podríamos decir que hay tres opciones: la gente no se acercaba por temor al Chucky falso, no lo hacían por miedo a un contagio (ya que Sara no llevaba cubrebocas) o de plano preferían grabar algo para hacerlo tendencia. ¿Crees que el experimento demostró algo?