Aunque la mayoría no la ha probado (o eso queremos pensar), las películas y series de televisión nos han dejado en claro que la comida que se sirve en las cárceles no es la mejor del mundo, pues basta con verla para saber que se hace de mala gana y que un chicle que masticaste por más de dos horas tiene más sabor que lo que te sirven en la prisión.
Sin embargo, sabemos que como en todo, en gustos se rompen géneros y no dudamos en que en el mundo existan personas que aman la comida que le sirven a los reos. Justo en esa interesante pero extraña categoría entra el hombre del que les vamos a hablar a continuación, quien al extrañar en demasía el alimento que recibía en la cárcel, decidió robar una bicicleta para que los policías se lo llevaran preso de nuevo. WTF?!
Se trata de Gnanaprakasam, un hombre de 52 años proveniente de la India que luego de haber obtenido la libertad bajo fianza por el delito de robo, se dio cuenta de que prefería mil veces las tres comidas al día y la compañía de sus compañeros de celda a estar en su casa, por lo que se dispuso a robar una bicicleta, posó para la cámara de seguridad que se encontraba cerca de donde cometió el robo y espero a que las autoridades fueran por él para que lo llevaran de nuevo a prisión.
De acuerdo con medios locales como Times of India, el señor mencionó a los oficiales que extrañaba la vida en prisión, sobre todo las tres comidas al día que le daban y la cuales se le entregaban en tiempo y forma. “Obviamente él no era muy feliz en su casa en donde su familia no se hacía cargo de él” dijo uno de los policías al sitio web.
La historia de Gnanaprakasam es algo extraña, ya que se trata de un hombre que prefiere vivir detrás de una celada a estar con una familia que muestra cero interés por él. “Dijo que, a diferencia de en casa, en la cárcel no había nadie que lo llamara ‘flojo’. También, mencionó que estaba interesado en seguirse poniendo al día con algunos amigos que ha hecho en la cárcel” comentó uno de los elementos de seguridad a la misma fuente.
Ni hablar, bien dicen por ahí que el hogar es ese lugar a donde quieres volver siempre y para el señor Gnanaprakasam, ese parece ser la prisión.