La cadena de tiendas de moda española, Zara, se ha posicionada a lo largo de los 5 continentes desde 1975 ha marcado tendencias de moda y en 2016 fue reconocida por Forbes como la marca española más valiosa. Por lo general, en esta época las 2.232 boutiques de la compañía alrededor del mundo se encuentran llenas de aglomeraciones. Sin embargo, algo está pasando en Turquía, donde cada una de las prendas llevan un mensaje oculto en la unión entre la etiqueta y la prenda que tiene a más de una docena de consumidores sorprendidos.
Este fenómeno está relacionado con Bravo Tekstil, el proveedor de ropa de la cadena de tiendas. Esta se declaró en quiebra de la noche a la mañana desde julio de 2016 y desde entonces, los jefes desaparecieron, por lo que ningún responsable de la fábrica se ocupó de pagar los salarios e indemnizaciones correspondientes a sus trabajadores.
A más de un año de intensas negociaciones sin tener respuesta, las mujeres obreras del lugar se encuentran desesperadas por no tener recursos para subsistir, de tal modo que ahora planean que el Grupo Textil Inditex, perteneciente a Zara, pague por los salarios caídos. Por otro lado, las negativas han sido constantes, así que las mujeres turcas planearon una manifestación silenciosa, pero con una estrategia muy audaz: marcar toda la ropa de las tiendas Zara en Turquía con el mensaje, “Yo hice esta prenda que vas a comprar pero ¡no me pagaron por ella!”
“No tuvimos otra opción que iniciar esta campaña” Declaró una empleada de Bravo Tekstil. “Colocamos estas etiquetas en las prendas de todos los almacenes de Zara en cada centro comercial de Estambul. No queremos hacerle daño a Zara. No se trata de eso. Pero queremos lo que nos deben”.
Esta manufacturera no era cualquier changarrito con formato de microempresa; su expansión se demostraba por ser los fabricantes oficiales de ropa en Estambul para las marcas Zara, Next y Mango, por lo que cabe la sospecha de que hayan ido a la quiebra sin previo aviso. El abuso y la explotación laboral son muy frecuentes en los países de oriente, sobre todo por cuestiones culturales, las mujeres son las más afectadas.
En cuanto a la comunidad de empleadas de esta textileras, se sabe que están luchando por una causa justa, que es el pago correspondiente al periodo en que dejaron de trabajar más una parte proporcional de su indemnización.
“Es posible que esta cantidad de dinero no sea importante para todo el mundo. Pero, para nosotras, cada centavo cuenta. Lo hemos trabajado arduamente. Le preguntamos a Zara: ‘¿Por qué no nos pagan? ¿Por qué no reconocen nuestros derechos básicos?'”, dice Betul Sahin, otra trabajadora de la factoría.
Esta protesta ha llegado hasta las redes sociales, donde miles de personas han apoyado a la campaña, haciendo publicaciones con el Hashtag #BravoIscileriIcinAdalet, cuya traducción al español es “Justicia para los trabajadores de Bravo” Esta petición también está en Change.org, donde ha recabado más de 270, 000 firmas. Por su parte, Grupo Inditex dice haber pagado lo correspondiente a la textilera, pero el dinero nunca llegó a las manos de los empleados. En el contrato firmado entre Zara y Bravo textil, se especifica que la manufacturera supuestamente contaba con un fondo de emergencia de $246 mil dólares.
“Aquí hay un sufrimiento injusto y lamentamos mucho que estos trabajadores tengan que soportarlo, Pero no somos nosotros sino la firma local y su jefe los que han causado este sufrimiento. Él ha escapado a al justicia. Los tribunales turcos deben encontrar a este hombre y obligarlo a pagar todo lo que debe”, expresó Murat Akkun, gerente de sostenibilidad de Inditex, en Turquía.
No obstante, no se trata de la talla que usas, se trata de cómo usas tu talla, y hace un tiempo, la cadena Zara también había sido acusada de tener trabajadores esclavizados, incluir menores de edad en su nómina, así como de explotar a refugiados sirios. Actualmente, Inditex trata de reivindicarse, prometiendo investigar esos incidentes y fortalecer la supervisión de sus proveedores.