Aunque actualmente vivimos en un mundo donde parece que las cosas malas sobrepasan a las buenas y que cada vez la situación se pone peor, siempre es reconfortante toparnos con historias hermosas que nos devuelven un poquito de fe en la humanidad, sobre todo cuando éstas suceden en la siempre caótica CDMX.
En esta ocasión les hablaremos de Elenita, una mujer que se ha hecho viral en los últimos días gracias a la tierna labor que realiza en las calles de la CDMX, ya que ella se encarga de impartirle clases al hijo de una vendedora de dulces. ¡No todas las heroínas usan capa!
Esta historia se viralizó gracias a una página de Facebook llamada “Pueblo Santa Martha Acatitla”, que a través de un post acompañado de una fotografía dio a conocer la historia de Elenita: “Casi todas las noches, está mujer se sienta ahí en las escaleras o en el piso de Sears WTC sobre Insurgentes, a un lado de Poliforum, para darle clase al hijo de la señora que vende dulces” dice la publicación que lleva más de ocho mil comentarios y en la cual también detallan que la doñita usa monografías, cuadernos, libros y material didáctico para impartirle clases al pequeño.
Algunos usuarios de internet comentaron la publicación y confirmaron que han visto a la “maestra” realizando su gran labor en el WTC de la CDMX. Asimismo, una mujer llamada May afirmó en el post que ella conoce personalmente a Elenita, y que esta ejemplar mujer no sólo se dedica a impartirle clases al niño, sino que también lo apoya económicamente: “Por así decirlo adoptó al niño y le ayuda a sus padres con su educación como si fuera su hijo. El niño no estudiaba y poco a poco Elenita fue ganándose la confianza de los padres y así fue como les sugirió a los papás del niño apoyarlo”, dice.
Incluso Alfonso Cuarón compartió en su Twitter la historia de Elenita:
Si eso no fuera suficiente para pensar que Elenita es de las mejores personas que puede tener este país, la señora May también cuenta que la ejemplar mujer le contó en una ocasión que por donde vive hay varios gatitos en situación de calle, y que ella y su esposo compran croquetas para darles de comer cada tercer día. No cabe ninguna duda de que México y el mundo necesitan más “Elenitas”, pues si existiera más gente como ella seguro el panorama que vivimos en la actualidad sería muy diferente.