Ah, son pocos los dichosos que tienen vacaciones en estos tiempos. No cabe duda que tal privilegio sólo pueden tenerlo unos cuantos suertudos.
No hablemos de qué tipo de vacaciones, porque si creen que su viaje a Acapulco es algo soñado, el mismísimo presidente de los Estados Unidos podría demostrarnos va a tener que bajarlos de su nube. ¿Cómo? Bueno, pues nada más tienen que checar su casita vacacional que tiene en Hawaii.
La casita de Obama es sólo un paraíso de 1600 metros cuadrados, cinco habitaciones, seis baños, vista a la playa, una piscina que bien podría pasar por un estanque, cuarto de vapor y la casa por sí misma es una pequeña selva tropical.
Mientras vemos lo que el presidente estadounidense tiene para olvidar que el mundo es un desastre, nosotros volteamos a ver la casa que rentamos en Cuernavaca y suspiramos. Pero bueno, lo importante es que tenemos salud.
Vía unilad