El cambio climático está causando varios estragos en el ambiente que nos afectan de manera muy directa. Y como van las cosas, este problema podría provocar un importante deshielo del glaciar ártico Totten, uno de los más grandes del planeta, lo que elevaría el nivel del mar en casi tres metros, según un estudio publicado el miércoles en la revista Nature.
La investigación es realizada por expertos del Imperial College de Londres junto a instituciones de Australia, Estados Unidos y Nueva Zelanda. El equipo de científicos descubrió el año pasado que el Totten oculta dos canales submarinos que permiten la entrada de aguas cálidas, lo que contribuye a que se derrita y potencialmente aumente el nivel del mar.
El glaciar Totten, con sus 120 kilómetros de largo y 30 kilómetros de ancho, se desagua en unos 538 mil kilómetros cuadrados de la Antártida Oriental y salen de él unas 70 mil millones de toneladas de hielo anualmente.
Hasta la fecha, la descarga se ha considerado como normal, sin embargo, el análisis de sus avances y retrocesos a lo largo de la historia revela que, de continuar el aumento de la temperatura en el planeta, el glaciar podría cruzar un umbral crítico durante este siglo y entrar en un periodo de deshielo irreversible.
Si las cosas llegan a ese punto, el Totten retrocedería alrededor de 300 kilómetros en los próximos siglos y descargaría grandes cantidades de agua, lo que contribuiría a una subida global del nivel del mar de hasta 2.9 metros.
A diferencia de la Antártida Occidental en la que su capa de hielo es mucho menor, la comunidad científica ha considerado que la Antártida Oriental se ha mantenido relativamente estable ante el cambio climático.
Esa tendencia, mencionan los autores del estudio, la está rompiendo el Totten, demostrado por la enorme cantidad de agua que pierde, lo que sugiere que el glaciar podría ser más vulnerable de lo pensado.
Si el Totten llega a retroceder entre 100 y 150 kilómetros, su parte frontal se asentaría sobre una base de tierra inestable y se aceleraría su deshielo hasta llegar al retroceso de hasta 300 kilómetros en ‘varios cientos de años’, según Martin Siegert, codirector del Instituto Grantham del Imperial College.
Según Siegert, en cuanto el glaciar cruce el umbral crítico y se asiente en una ‘región inestable’, el deshielo será imparable, al menos hasta que su retroceso lo lleve a una zona donde el terreno vuelva a ser más estable.
Siegert menciona:
En conjunto, las pruebas existentes describen una Antártida Oriental mucho más vulnerable a una situación de calentamiento de lo que pesábamos. Esto es preocupante.
El glaciar Totten está actualmente perdiendo hielo y el agua caliente del océano que lo provoca tiene también la capacidad para empujar al glaciar a un nuevo lugar inestable.
El científico también menciona que aunque el Totten es ‘una salida más para el hielo’ de la Antártida Oriental, su ‘impacto es enorme’ ya que esta región contiene la ‘masa de hielo más grande de la Tierra y cualquier pequeño cambio tiene una gran influencia a nivel global’.