¿Qué podemos decir de los gatos? Es cierto que una gran mayoría prefiere a los perros. Sin embargo, no se puede negar la ternura que nuestros mininos llegan a sacar… de vez en cuando.
Aunque, tampoco podemos negar que a veces (casi siempre), el temperamento de estos animales es capaz de asustar a los más valientes. Son impredecibles y de un momento a otro pueden ponerse peor que el mismísimo Lucifer:
¡Uy, ya casate!
Por alguna razón, a este minino le molesta, que decimos le molesta, le enfurece una simple figura de porcelana en forma de gato. Es como si se tratará de la imagen de virgencita (porque todos sabemos que los gatos son como el demonio). Como era de esperarse, vaya que hizo notar su molestia como sólo un gato lo puede hacer.
¡Jesus, qué alguien llame a un exorcista!
No queremos decir que todos los gatos sean como el demonio (si los son), pero este felino no ayuda en nada a mejorar la imagen de terribles villanos que se han ganado en su historia.