El Metro de la Ciudad de México es único en el mundo. Sus vagones anaranjados, sus asientos verdes, las grandes conglomeraciones de gente en la mañana, con o sin pandemia, son la prueba de ello. Por no hablar del extraño hallazgo de los fósiles marinos en el piso subterráneo.
Más allá de lo que está a simple vista, nuestro transporte subterráneo esconde sus mejores secretos entre la estructura. Un ejemplo de esto lo podemos observar en los pisos plomizos de algunas estaciones, donde se han encontrado una buena cantidad fósiles marinos incrustados de la prehistoria en el mármol.
Se trata de una colección inmensa de piezas del cretácico; un periodo geológico que terminó al menos hace 66 millones de años tras la caída estrepitosa de un meteorito en la Península de Yucatán, un evento tan trágico y fuerte que extinguió a los dinosaurios de la faz de la Tierra.
Fósiles prehistóricos en el Metro de la CDMX
Recientemente, el Departamento de Divulgación de la Ciencia de UNAM informó a través de su cuenta de Tik Tok, que estos fósiles son moluscos gasterópodos y braquiápodos, una especie del reino animal conformado por seres sedentarias que tienen poca movilidad y conchas, como las lapas o los caracoles.
De acuerdo a la información, estos ejemplares se pueden contemplar en las escaleras del Metro Bellas Artes, también en algunas estaciones de la línea verde, por solo mencionar algunas. Se pueden distinguir por sus colores rosados y por patrones poco habituales en el piso.
El origen de los fósiles
Por raro que suene, los fósiles incrustados en las losetas del metro vinieron del mar. Hace millones de años, muchas de las montañas que conocemos estaban debajo del océano.
No obstante, con el interminable paso de los años, y el movimiento de las placas tectónicas y la erosión del suelo, el mar se evaporó y los pedazos de tierra emergieron. Poco a poco salieron a la superficie todos esos seres prehistóricos que alguna vez habitaron las playas extintas de México.
Sobre los fósiles urbanos de la Ciudad
Aunque nunca los veamos, la Ciudad de México está llena de fósiles escondidos: en los muros, en los monumentos y el suelo.
Se estima que en la ciudad hay al menos 35 mil piezas regadas por todas las alcaldías. Esto se debe a que México tiene una de las colecciones paleontológicas más importantes del planeta.
Algo sobre los fósiles
Los fósiles son pequeñas máquinas del tiempo capaces de mostrarnos cómo era la vida antes si quiera de que pudiéramos concebirla.
Su proceso de formación es parte del ciclo de vida, tan orgánico como una flor o un colibrí. Para que se puedan formar tienen que pasar una serie de eventos que pueden leerse como una coincidencia, por ejemplo la súbita extinción de oxígeno en la atmósfera, un entierro rápido o cualquier estímulo que frene la descomposición de un ser vivo.