Denali es la montaña más alta de América del Norte y como tal, significa uno de los mayores retos para aquellos que se dedican al montañismo. Ese mismo desafío es el que Rafael Jaime Jaramillo -o simplemente Rafa Jaime, como le dicen de cariño- decidió afrontar junto a su entrañable amigo Omar Álvarez… y lo hicieron.
El par de amigos alcanzaron la cumbre de este imponente cuerpo rocoso a finales de junio pasado y su hazaña está siendo reconocida por todos lados no solo por el hecho de que llegar a la cima. Rafa, de hecho, es invidente y este logro junto a Omar los ha convertido en la primera cordada con un integrante ciego en alcanzar la parte más alta de ese sitio.
Por acá, nos sentamos a charlar un rato con Rafa y Omar sobre esta histórica escalada que, por supuesto, no es la única en su agenda. De cara al futuro, planean completar el circuito conocido como las Seven Summits (o Siete Cumbres).
Rafa, Omar y su incursión en el montañismo
La historia de Rafa Jaime y Omar Álvarez es todo menos común. A lo largo de su vida, cada uno ha debido lidiar con todo tipo de experiencias desafortunadas, mismas que de una u otra forma, los encaminaron hasta a la disciplina del montañismo. Por un lado, Omar cuenta que su incursión en esta actividad se dio tras el fallecimiento de su padre.
“Mi padre, antes de morir, como última voluntad, nos pide que sus cenizas se lleven a la cumbre de la montaña más alta de México (el Pico de Orizaba)…. Buscando cumplir esa última voluntad de mi padre, durante un año me preparo y logro llevar sus cenizas al ‘techo de México’ y es así como llego al montañismo y me enamoro de esta filosofía que me ha cambiado la vida”.
Rafa Jaime, radicado en Durango, abogado de profesión y anteriormente triatleta, nos cuenta que a los cinco años de edad le habían diagnosticado un retinoblastoma bilateral (cáncer en los ojos), lo que derivó en la pérdida de uno de sus ojos. Luego, 13 años después, un problema similar le costaría la pérdida del otro.
Él enfatiza que a raíz de ello, le encontró un nuevo significado a la vida, aún cuando estaba consciente de que le tocaba vivir en ‘un mundo totalmente a oscuras’. El deporte, comenta, lo ayudó a depurar emociones negativas, algo que eventualmente complementaría en 2018 cuando descubrió su pasión por el montañismo, también en el Pico de Orizaba.
“Recorrí el mundo a través del deporte en el triatlón, carreras en montaña, desiertos…. En 2018 descubrí el Montañismo gracias a un amigo y una ex novia que me llevaron al Pico de Orizaba. Ahí fue donde encontré una forma diferente sentir el mundo, de explorarlo y en este descubrimiento, conocí a Omar”.
Colegas, compañeros montañistas y amigos
La relación entre Rafa y Omar va más allá de un sentimiento de ser colegas en esto del montañismo. Su amistad se dio cuando se encontraba cada quien en su propia expedición en el volcán Iztaccíhuatl. Omar, de acuerdo con lo que nos cuenta, se encontraba entrenando para otra escalada que tenía planeada en La Cordillera de Los Andes, en Sudamérica. Ya cuando venía de bajada, vino a su mente un momento revelador:
“Me estaba cuestionando si la gente con la que yo escalaba en ese entonces, eran las personas que iban a acercarme a los grandes sueños de montaña que yo tenía. Justo ahí sentado, ese mismo día, me di cuenta que no… Como de película, veo pasar a tres montañista y uno iba agarrado de la mochila de otro… Me doy cuenta que uno de estos tres montañistas era ciego. Me pareció algo sorprendente y me pregunté cómo un ser humano podía llegar hasta acá arriba sin información visual… Llego a mi casa, busco en internet ‘alpinista ciego mexicano’ y me sale la información de un tal Rafa Jaime. Me metí a sus redes sociales y en un video que él y sus acompañantes grabaron, yo aparecía atrás. Eso lo interpreté como una señal e inmediatamente lo contacté en Instagram y el resto es historia. Hoy, no solo somos amigos, somos hermanos”.
Seven Summit, el objetivo de Rafa Jaime y Omar
Luego de conocerse, Rafa y Omar se dieron cuenta de que no solo compartían la misma pasión y que coincidían en muchas cosas respecto a su mentalidad. Tras dar la vuelta por algunas de las montañas más importantes de México, se propusieron cruzar las fronteras; estaban seguros de que querían hacer expediciones en otras partes del mundo. Así llegaron primero a Ecuador… pero la ambición los seguía abordando.
Y un buen día, luego de una escalada, decidieron que debían realizar el Seven Summits o ‘Siete Cumbres’. Esta misión, dentro del ámbito montañista, consiste en llegar a la cima de las siete montañas más grandes en cada continente: Everest (Asia), Aconcagua (Sudamérica), Denali (Norteamérica), Kilimanjaro (África), Elbrús (Europa), Vinson (Antártida) y Jaya (Oceanía). Así relata Rafa su reciente llegada al Denali junto a su colega, que por ahora es su segunda parada este reto:
“Todo inició ahí, en la Aconcagua. Nos convertimos en la primera cordada iberoamericana con un integrante ciego en llegar a la cima de la montaña más alta en América. Una vez que bajamos, vimos que el proyecto era muy tangible y decidimos continuar con esto. Luego se atraviesa la pandemia y se cierran las fronteras mundiales, pero este año retomamos este proyecto. Decidimos afrontar el Denali, que dentro del Seven Summits se considera la segunda montaña más difícil. Para algunos, es incluso la montaña más difícil por encima del Everest”.
Una enseñanza y las analogías de las montañas con la vida
La llegada del par de amigos a la cima del Monte Denali, como mencionamos, es uno de los tantos éxitos que esperan cosechar en los próximos meses cuando sigan su camino en el Seven Summits hacia el Everest. Sin embargo, Omar enfatiza que en los tres años juntos que llevan haciendo montañismo, le ha aprendido muchas cosas a Rafa.
“Yo creo que para ser grande, debes rodearte de los grandes. Esa es una filosofía que he tenido recientemente. Ahora me quedó más claro cuando Rafa llegó a mi vida… Tengo a mi lado gente como él que, cuando yo estado a punto de rendirme, a través de él, he sacado mi mejor versión y eso me ha permitido lograr grandes cosas… Muchas cosas me asombran de Rafa. La primera, es que me dijo que lo más maravilloso que le había sucedido había sido quedar ciego… Él me ha enseñado que la vida no solo se ve a través de información visual; la vida también se escucha, la vida se siente, se respira. Y te juro que a raíz de esta amistad y de verlo disfrutar la montaña, yo he aplicado esa filosofía en mi vida”.
Rafa Jaime, por su parte, nos ofrece una lección importante de vida y nos detalla cuáles son las barreras que a veces nos cuesta superar como seres humanos, y en nuestro caso particular, como mexicanos. Desde luego, él espera que su experiencia ayude a que otros se inspiren para superar sus propias ‘montañas’.
“Creo que la montaña que le cuesta más a las personas es la montaña del cambio. Los seres humanos regularmente vivimos de certezas y cuando pasan situaciones que no podemos controlar, nos desconciertan mucho. El cambio no es fácil de digerir o de adaptarnos…. Como mexicanos, la montaña que más nos cuesta es ‘creérnosla’; ver nuestro valor y capacidad de romper la inercias que nos duelen tanto como sociedad. La montaña que más le cuesta al mexicano es esa de generar empatía; de ver que somos uno mismo, una nación, una cultura. Que a veces nos cuesta pensar en los demás. Somos un país que lo tiene todo, pero no entendemos eso”.
Espera muy pronto en nuestras redes la entrevista completa que tuvimos con Rafa Jaime y Omar Álvarez.