Bueno, en México existe un cruel dicho que para muchos es sólo un mito urbano al respecto… que parece confirmarse ahora que conocemos que los estrambóticos chinos tienen uno parecido.
Pues resulta que en China se ha detectado que algunos conductores cuando lamentablemente se llevan a algún peatón de corbata, lejos de tener la atención de proporcionarle ayuda en lo que llega una ambulancia, pues deliberadamente lo “rematan”… esto no es parte de una de esas modas locas que luego se sacan… sino que es la forma en la que llevan a la práctica el viejo adagio: “es mejor golpear y matar que golpear y herir”.
La explicación del loco-gandalla-mortal fenómeno es –como en muchas cuestiones de la vida– relacionada con el dinero: en China, cuando alguien atropella y el golpeado en cuestión sobrevive, se es responsable de los gastos médicos de la víctima… de por vida, lo cual puede llegar a representar millones de yenes, dependiendo de la manufactura del trancazo. En cambio, si el atropellado por desgracia muere, simplemente se está obligado al pago de lo equivalente a 30-50 mil dólares.
Si bien los automovilistas recurren a la deplorable práctica para evitar “gastos extras” por muchos años… también es criticable la proliferación de peatones que nomás andan buscando el golpe para “negociar” con el conductor. Hay casos de pena ajena.
Según un reportaje realizado para Slate por Geoffrey Sant, el número considerable de casos que se han presentado indican que esta práctica no es aislada. Aunque pasan un ratito en el tambo, los responsables logran su libertad al alegar que la muerte del peatón fue accidental… claro, también tienen que aflojar la cantidad correspondiente.
“En enero una mujer fue captada en video pasando repetidas veces sobre un anciano al que había golpeado en la nieve. En abril, un conductor de autobús fue acusado de conducir sobre una niña de cinco años una y otra vez. En mayo una cámara de seguridad grabó a un camionero atropellar a un niño cuatro veces; el conductor afirmó que no vio al niño”.
Así que en China –y seguramente en varias partes del mundo– se trata de lo siguiente: no importa matar, sólo afloja la indemnización y te puedes salir con la tuya… sí, éste es un mundo enfermo y triste.