Desde tiempos inmemoriales hemos intentado comunicarnos a través de imágenes, pues en muchas ocasiones resulta más sencillo que ponerlo en palabras.
Por supuesto que ya no pintamos en paredes o usamos signos de puntuación para hacer caritas felices o tristes, hoy en día tenemos los fabulosos emojis, con los que prácticamente podemos expresar cualquier situación, emoción, comida, animal, ecosistema, lo que sea. Poco a poco nos hemos apropiado de estas imágenes y les hemos dado un significado nuevo (como a la berenjena *guiño guiño*) o diferente al que el creador tenía pensado.
Sin embargo, la firma de tecnología Curalate, mientras desarrollaba la app Emojini, descubrió que los emojis tienen sí un significado oculto, que no tiene nada que ver con la semántica de la imagen. Esto pasa gracias a que las personas las utilizan para cosas o situaciones que no tienen relación alguna con el diseño. Por ejemplo, en algunas ocasiones ponen el emoji de la cabra, que en inglés se escribe goat y se puede entender como ‘greatest of all time’, G.O.A.T.
La app Emojini tiene la finalidad de reconocer objetos específicos en imágenes que suben a Instagram, esto para que puedas ponerlo en la descripción. Por ejemplo, un ramo de flores te sugeriría distintas flores y hasta insectos, o la foto de una avenida, a una persona caminando, una ciudad, etc.
Hasta ahí todo resultaba perfecto, hasta que al usar una imagen de Red Bull, se dieron cuenta que la app lo relacionaba con el emoji de las manos abiertas, no con un vaso de agua.
Paso algo parecido con la foto de un tatuaje de una flor, donde el Emojini lo relaciono con una jeringa, no con una de las flores que aparecen en los emojis. Así fue como se dieron cuenta que muchos de los emojis se utilizan para situaciones que no tienen nada que ver en absoluto con el dibujo, por ejemplo, el símbolo WC a veces significa Woman Crush, el 100 es una referencia a la frase “keeping it 100” o los bustos de dos personas (parecidos al ícono de FB) para fotos con claroscuros.
Esta no es la primera vez que se estudia este fenómeno, el centro de investigación europea, Jozef Stefan Institute, ha publicado varios trabajos donde intentan descifrar los sentimientos que los diferentes emojis expresan, estudiando los contextos en lo que la gente los utiliza. Para ellos una cosa sí es simple, los emojis con cara siempre corresponden al sentimiento que representan y no se abren a la interpretación; el problema llega con los emojis que no tienen rostro, pues la interpretación es muy grande, por ejemplo el símbolo de brillo bajo, es usualmente usado para fotografías con mucho sol.
La única explicación recae en que las personas no siempre utilizan el significado literal de las imágenes, se van por el lado abstracto y lo más impresionante es que parecer ser un lenguaje que se desarrolla solo y que todas las personas entienden, como un acuerdo tácito.
Muchos lingüistas han comparado a los emojis con las onomatopeyas (donde las palabras suenan como la cosa que representan, por ejemplo: boom, ring, clic, toc), aquí los emojis tendrían el significado real con el que fueron creados, un significado opuesto y, en algunas ocasiones, un tercer concepto que no tiene nada que ver. El mejor ejemplo para esto tal vez sea la berenjena, tiene el significado de vegetal, uno opuesto que es el de pene y un tercero el de sexo.
Esto es lo increíble de los emojis )y tal vez la razón por la que siempre pedimos más y más) y es que le podemos dar el significado que nosotros queramos, ampliando nuestras posibilidades de lenguaje y comunicación.