Aunque la mayoría de los animales salvajes prefieren la intimidad, no podemos negar que muchas veces logran establecer un vínculo con los humanos. Tal es el caso de ‘Carrot’, un venado que cada invierno, visita la casa de la fotógrafa de vida silvestre Lee-Anne Carver, en Ontario, Canadá. El ciervo, que quedó huérfano desde hace tres años, husmea en el patio trasero en busca un poco de comida fresca, pero este año, su visita se debía a algo más, traía una flecha atravesada en la cabeza.
Carver, quedó sorprendida ante la impactante escena, las herida de la flecha estaban cicatrizadas, lo que indicaba que la herida había sido tiempo atrás, pero por increíble que parezca, ’Carrot’ se encontraba tan ágil y con la misma movilidad que antes. “Fue muy perturbador de ver. Pero todavía estaba actuando como su yo normal”, señaló la fotógrafa, quien ahora ha abierto una página de Facebook para su singular amigo.
La mujer, explicó que después de las primeras visitas, le facilitaba un poco de comida para que la inusual mascota no tuviera que batallar. “He fotografiado animales durante años y Carrot tiene algo especial. No se parece a ningún ciervo que haya conocido. Es muy gentil y cariñoso”, relató.
Claramente, Carver, le ha tomado cariño al tierno animal y después de ver que había sido víctima de la caza legal, no se iba a quedar con los brazos cruzados. Inició toda una cruzada para tratar de ayudar a “Carrot”. Primero con los vecinos, luego con veterinarios, autoridades, e incluso hasta en redes sociales.
Sano y salvo
Las autoridades locales le prometieron que no lo sacrificarían, pero los funcionarios de conservación no estaban de acuerdo en quitar la flecha que traía atravesada en la cabeza, ya que habría riesgo de que con el movimiento la flecha reabriría la herida y causarle una infección. Sin embargo, Carver siguió insistiendo por todos los medios posibles.
Hasta que el pasado 16 de diciembre del 2020, se sumó toda la caballeriza. La policía y personal del Ministerio de Recursos Naturales llegaron dispuestos a ayudar al venado, aunque la cosa no fue nada fácil. Los dardos tranquilizantes se congelaban en cuanto salían del arma y ‘Carrot’, se ponía cada vez más nervioso.
Cerca de 15 personas participaron en el rescate del animal, finalmente lograron sedarlo y cortar ambos lados de la flecha, partiendo desde los ángulos que sobresalían de la cabeza del animal, con la idea de que eventualmente la flecha se resbale sin causar mayor daño.
La fotógrafa compartió las imágenes en la cuenta de Facebook de ‘Carrot’, esperando que la gente lo pueda conocer y enviarle mensajes de recuperación. Aunque Lee-Anne sabe de antemano que aún es muy temprano para cantar victoria. Con un poco de suerte, podrá reincorporarse a su vida muy pronto y volver justo al resto de su manada. ¿Tú hubieras hecho lo mismo por él?