Justo cuando creíamos haber visto de todo, una serie de fotografías del cielo amarillo en Europa, captaron la atención del Internet. Aunque algunos creyeron que se trataba de un retoque digital, un ilusionismo o el inicio del apocalipsis, la responsable no es más que la madre naturaleza sorprendiéndonos de nueva cuenta, con una nube de arena proveniente del Sahara que cubrió por completo Suiza, Francia y otros países.
Resulta que este extraño fenómeno natural está ligado a una tormenta de arena proveniente del norte de África, que es empujada hacia el sur por un flujo de aire, algo que sucede con cierta frecuencia. Sin embargo, el aspecto anaranjado, se ve acentuado por los rayos solares que son más brillantes durante esta época del año.
Extraordinario
“El cielo amarillo, se explica por el aire frío en altura que se precipita hacia Marruecos y que provoca fuertes vientos en el noroeste del Sahara. Estas corrientes sostenidas, que transportan arena, se extienden hasta Francia y Europa Central”, explica el Instituto Meteorológico Francés a través de su cuenta de Twitter.
Mientras que el Sistema de Información y Datos del Sistema de Observación de la Tierra (EOSDIS) de la NASA, muestra la deriva del polvo sahariano a través del mar Mediterráneo hacia Europa el 6 de febrero de 2021, algunos expertos consideran que es s difícil predecir por cuánto tiempo se podrá apreciar este fenómeno.
Aunque tal parece que solo fue un día de suerte, pues de acuerdo con el Instituto Meteorológico Español, organismo encargado de vigilar el desplazamiento de la arena del Sahara y dispersión del polvo, el paisaje con el cielo amarillo fue un evento totalmente atípico, pues se prevé que las imágenes surrealistas serán disipadas por las corrientes de aire, dejándolas atrás como un recuerdo para este domingo 7 de febrero. Pero es posible que se repitan durante la llegada de la primavera.
Para fortuna de todos los que vivimos de este lado del planeta, los usuarios de redes sociales compartieron decenas de imágenes del cielo amarillo tanto en las zonas urbanas como en los campos de Lyon y Marsella dentro de Francia, hasta Basilea, Nauchatel, Zúrich y Lucerna en Suiza.
Las imágenes son contrastantes. Los europeos, pudieron apreciar el cielo amarillo a través de árboles de buganvilias florecientes, desde la cima de montañas nevadas cubiertas de nieve, practicando esquí o los verdes campos europeos que combinan en armonía con la luz solar. Aunque no podemos negar que el colorido paisaje resulta algo tétrico, sobre todo en las que resaltan las construcciones medievales. En contraste, de este lado del planeta habíamos oído hablar del cielo rojo, incluso de penes dibujados en el cielo, pero ojalá que algún día tengamos la oportunidad de apreciar este fenómeno.