Greta Thunberg, la joven de 16 años que saltó a la fama por organizar protestas estudiantiles alrededor del mundo a favor del medio ambiente, la que cruzó de un continente a otro en barco para no contaminar y la misma que se atrevió a mirar con ojos de pistola a Donald Trump, quedó inmortalizada en un mural de más de 15 metros, inaugurado esta semana en San Francisco. La obra, quedó perfecta, a excepción de un pequeño detalle, algunos medios apuntan a que la pintura se hizo con más de 700 latas de aerosol. ¿Ironía, descuido o humor negro?
La obra de arte, que ocupa la espalda de uno de los edificios del centro de la ciudad estadounidense, estuvo a cargo del pintor argentino Andrés Petreselli, quien después de arduos días de trabajo intensivo, logró terminar la obra de casi 20 metros de alto por casi 10 de largo antes del 12 de noviembre del 2019, fecha que fue expuesta para todos los transeúntes.
El mural de Greta Thunberg, fue una iniciativa de la organización sin fines de lucro “OneAtmosphiere”, quienes financiaron el proyecto con la finalidad de aplaudir a los activistas climáticos a través del arte, siendo la joven sueca, la primera opción. Contrataron a Petreselli, famoso en la ciudad por su retrato en memoriam a Robin Williams y sus pinturas hiperrealistas.
Se trata del primer retrato en honor a la activista climática en Estados Unidos y el cuarto en el mundo, luego de que Londres, Canadá y Turquía hicieran lo propio, sin embargo, después de la grave contradicción al utilizar aerosoles contaminantes para rendir tributo a la activista, el mural por poco termina al igual que los otros: oculto tras grandes manchones de grafiti y consignas.
Afortunadamente para todos los interesados, Petreselli, quien no cobró ni un dólar por su trabajo, pidió derecho de réplica en el diario local “The Art Newspaper”, para poder explicar que si bien utilizó varios litros de pintura para su obra, toda la pintura que él utiliza son 100% ecológicos. “La cuestión es que los aerosoles que uso son ecológicos, y la mayoría de la pintura está pintada a mano con un rodillo”, dijo al periódico, añadiendo que “[Es] a base de agua, por lo que no hay impacto”, sentenció.
Petreselli, que firma su obra como Cobre, dice que el retrato de Thunberg, de 16 años, constituye un caso excepcional en su obra, ya que normalmente no aborda temas relacionados con la política, la religión o el deporte. “Pero, en este caso sí lo está … Me siento conectado con la ideología que hay detrás porque creo que es real. Si tengo que compararlo con el resto de mis murales, este es el más político que he hecho”, dijo el joven de 32 años sentado en un techo con el mural a sus espaldas.
