Sentimos romper sus saludables corazones, amigos, pero si ustedes ejercitan sus cuerpos con el propósito de permanecer más tiempo en este mundo, tememos tener que decirles que es en vano.
Claro está, que pueden vivir más a comparación de esas personas que llevan una dieta consistente en todo lo que se pueda extraer (y lo que no) del cerdo, pero no significa que les dé el mágico poder de sumarle años a su vida.
Si se preguntan, ¿cómo nos atrevemos a decir tal cosa? Bueno, pues resulta que un estudio en la Universidad de Jyväskylä, en Finlandia, encontró que la esperanza de vida de un ser humano es principalmente afectada por factores genéticos y no por los niveles de ejercicio.
Esta investigación fue conducida usando datos por el estudio de gemelos en Finlandia, el cual permite a los científicos comparar sujetos con el las mismas cualidades genéticas, pero llevando diferentes estilos de vida y dentro de distintos factores ambientales.
Aunque los investigadores encontraron anteriormente una conexión entre el ejercicio cardiovascular y un menor índice de mortalidad, el estudio “Physical activity in adulthood: Genes and mortality”, descubrió que algunas ratas de laboratorio que incrementaban sus ejercicios, no vivieron más que sus parientes que eran más flojos, sino más bien fue el legado genético el que determinaba su tiempo de vida.
Así que ya saben, niños y niñas, pueden ejercitarse, porque finalmente lo que cuenta es que ustedes se sientan mejor llevando el estilo de vida que ustedes deseen. Pero no hay modo correcto para alargar nuestra estancia en este mundo.
Vía brobible