Aunque muchos tienen los clásicos nervios por la altura, parece que lo ocurrido en el vuelo de la aerolínea Aer Lingus de Portugal a Irlanda, nada tiene que ver… John Leonard, uno de los testigos de lo ocurrido ayer en pleno viaje con rumbo a Dublín, describió la escena así: un joven sufrió un “ataque”, pero luego tuvo que se contenido en la parte trasera de la nave, esto antes de caer muerto…
“Horrible, diría un final muy violento… morir de esa manera, en la parte trasera de un avión, no está bien. Fue desagradable, en absoluto”.
Bueno, podría ser que el joven de 24 años, identificado como de nacionalidad portuguesa, sufrió un infarto… pensarían varios. Pero no: parece que lo que atestiguaron los 167 tripulantes de la nave fue más allá de un simple ataque de nervios o algo parecido.
Uno de los pasajeros intentó detener al sujeto, quien no dudó en propinarle una mordida en el brazo… “después de eso, todo se puso peor. Estaba en el suelo, sacudiéndose con violencia (…) el ruido que hacía era algo que nunca había escuchado antes (…) era una angustia profunda. Es la mejor manera en que lo puedo describir (…) no un grito, como si –ya sabes- te hubieran lastimado o algo así… era algo gutural, desde lo más profundo de su ser”.
Aunque los motivos de la muerte del pasajero aún no han sido revelados, el caso ya está tomando dirección: Al investigar lo ocurrido en el avión, luego que éste aterrizó de emergencia en el aeropuerto de Cork, la policía irlandesa descubrió que una mujer –también portuguesa- transportaba 1.8 kilogramos de anfetaminas.
“Durante la investigación de este incidente, la Gardai (policía irlandesa) descubrió (…) anfetaminas en el equipaje de una mujer de cerca de 40 años que viajaba en el mismo vuelo”. Todavía no hay información oficial sobre si la mujer era acompañante del joven muerto, pero mientras eso ocurre (o no), ya se encuentra bajo custodia de las autoridades.
El portugués fue declarado muerto en el Hospital de la Universidad de Cork. Se espera que se le realice una autopsia esta misma tarde.