Los caminos del internet son muy interesantes pero muy estraños, como diría nuestra querida Paty Chapoy. Justo cuando pensamos que no encontraríamos algo mejor/peor que el #InMyFeelingsChallenge, el reto viral que tiene a varias personas saliendo de su carro y grabándose al ritmo de la rola de Drake, llegan los latinos a sacar la casta para demostrar que podemos superar el mame a nuestra manera, ¿Y cómo? pues con #LaChonaChallenge.
Y es que si hay una canción que nos incita a echar el bailongo en las fiestas, ya sea en nuestro país o en Estados Unidos, es “La Chona”, esa que nos cuenta la historia de una mujer que le entra duro a la bebida, a la fiesta y sobre todo, a la bailada (¿A poco no te identificaste?). Lo mejor de esta pista es que está basada en una historia 100% real no fake y tiene un ritmo al que pocos se resisten.
¿En serio “La Chona” existió en la vida real? Pues sí, y ya que andamos en el tema les vamos a contar la historia de esta jocosa rola. El vocalista Mario Quintero, líder de Los Tucanes de Tijuana, contó en una entrevista con una estación de radio llamada Rasa 620 que este track nació como una petición especial, ya que un locutor de Ensenada le pidió que le escribiera una canción que hablara de su esposa, “La Chona”, una mujer que siempre buscaba bailador y se movía al ritmo que le tocaran. Lamentablemente tanto la mujer como su esposo ya fallecieron, pero nos dejaron esta joya para la posteridad.
Pero bueno regresando al tema inicial, este track salió hace 23 años como el primer single del disco Me robaste el corazón, publicado en 1995 y después de tantos años la gente del internet le está dando una segunda vida, porque ahora son ellos los que se salen de sus autos y se ponen a bailar al ritmo de “La Chona”, agregando a los videos otros elementos característicos de la comunidad latina como elotes con chile del que pica y sombreros vaqueros.
No es por nada pero #LaChonaChallenge tiene más ritmo y más diversión que el reto viral de Drake, sino vean los videos que ya comienzan a circular por las redes sociales. Ay internet, gracias por tanto y perdón por tan poco.
