Este mundo guarda historias que a veces, por malas que parezcan, pueden tener un buen final. Como la historia de este muchacho, que tienen un muy mal inicio, pero salvó su vida.
Hoy hablaremos de Luis Ortiz, un hombre originario de California que pasaba el rato muy a gusto. Eso hasta que descubrió que tenía un parásito en el cerebro.
Todo comenzó cuando Luis tenía severos dolores de cabeza, al grado de no poder concentrarse en nada, por lo que fue rápidamente al hospital. Pero lo que lo dejó perplejo, fue que en una radiografía le mostraron a un enorme gusano que bien pudo haber permanecido en nuestras pesadillas; pero tuvo preferencia por el cerebro del chico.
Los huevos de estos parásitos, pueden ser transmitidos si el individuo los ingiere. Suelen habitar en animales que ya poseían este gusano. Después de incubar, estos pueden hacerse camino a través del cuerpo hasta el cerebro, cortando la circulación y el flujo de agua de este.
Cuando el gusano fue removido, aún se retorcía. La opinión de Luis fue la siguiente:
Me levanté y fui a vomitar. El gusano se seguía moviendo y yo pensé: Ugh, eso no suena bien.
También hay un pequeño video al respecto:
Ahora Luis se está recuperando de la cirugía y espera volver para retomar sus estudios. Lo más asombroso de todo esto, es que acudió al hospital cuando le quedaban aproximadamente 30 minutos de vida.
La historia tuvo un buen final… de algún modo.
Vía dailystar