Todos tenemos nuestros días buenos y nuestros días malos, pero el sujeto del que hablaremos hoy ha tenido una racha de mala suerte tan larga que lo ha llevado a hacer lo que dice el título de esta nota.
Todo comenzó hace 3 años cuando nuestro muchacho empezó a notar que Dios lo trataba de una manera que no le agradaba mucho.
Esto se llevó al grado de llamar a la policía cuando este sujeto pensaba que Dios estaba en su casa. En 10 ocasiones llegaron patrullas a ver que todo estuviera en orden.
Para ponerle un alto a todo, la ley le recomendó al creyente muchacho que sacara una orden de restricción en contra de Dios, cosa que hizo.
“Por los últimos 3 años, Él ha estado tratando de manera dura y nada amable. Me quejé con la policía muchas veces. La policía terminó por aconsejarme que sacara una orden de restricción”.
Un juez, personaje más cuerdo de esta historia, decidió desestimar la demanda porque, efectivamente, son tonterías.
Ya lo dijo Dr. House: “Si hablas con Dios, es religión; si el te contesta, es locura”. Sus palabras, no las nuestras.