Para los que estaban con el pendiente, los gatos no tienen sola una fecha conmemorativa, sino tres y una de ellas es el 29 de octubre. Jornada importantísima en la que todos los fanáticos de estos felinos de mirada intensa celebran el Día Internacional de los Gatos, un momento en el que se difunde la importancia de tratarlos bien cuando se les adopta.
Y es que aunque su ternura, memes, extraños perfiles en redes sociales y videos de mininos tiernos nublen nuestra razón, estas mascotas tienen historia y han acompañado a la humanidad casi desde el inicio de los tiempos.
Una prueba de ello la podemos ver en su paso por el arte. Los gatos han cautivado a los artistas más grandes y han sido plasmados de diferentes formas; a veces como dioses, otras como demonios. Azules, con manchas y hasta como unicornios.
De las civilizaciones antiguas hasta nuestros días, vaya que hay felinos en los museos del mundo.
Dicho todo esto, y para sumarnos a la fiesta minina de octubre, hemos seleccionado algunos ejemplos coloridos y hermosos de los gatos que también son obras de arte o de las obras de arte con gatos, cada quien decide.
Los gatos de Egipto
Algunos historiadores sugieren que esta civilización los popularizó y los convirtió en animales domésticos de compañía. Y es que resulta que los egipcios los amaban tanto que los consideraban dioses.
Admiraban su gran capacidad para acabar con los roedores que destruían sus cosechas, también que los protegían de animales peligrosos como las serpientes. Eran cazadores en el día y tiernas mascotas en la noche que ronroneaban.
Luego los asociaron con la magia y les pusieron la complicada tarea de sostener el universo entero. Justo en este momento se volvieron estatuas, momias y el rostro de la reina Bastet que entre otras tareas, encarnaba el erotismo, la fecundidad y la belleza
Los gatos de Leonardo Da Vinci
Leonardo Da Vinci era un gran admirador de los felinos, al punto que en sus tiempos libres se dedicaba a dibujarlos. En sus cuadernos se les ve saltando y dando vueltas. Por si lo anterior fuera poco, pensaba que si los dragones exisistieran, seguro se moverían igual que los gatos.
Respecto a su amor por los gatitos, alguna vez dijo: “Hasta el más pequeño de los gatos es una obra de arte”
Los gatos y el Bosco
Hyeronimus Bosch amaba a los animales y los representaba en una gran variedad de piezas. No obstante, los gatos aparecen en su obra más emblemática El jardín de las delicias, donde podemos ver un minino moteado que acaba de cazar a un roedor.
Para este artista, el gato es parte del paraíso y es uno de los encargados de conservar el orden a través de la caza de artimañas. También aparecen algunos momentos del Jardín de la lujuria, en este cuadro podemos ver a un gato-unicornio y a otros mininos de formas desproporcionadas que acompañan la metáfora del humano.
Gatos impresionistas
Para este grupo de artistas, los gatos tenían dos personalidades: eran amables mascotas que descansaban en el regazo de las mujeres mientras bordaban y eran también creaturas nocturnas que representaban, con sus ojos aceitunados, la atmosfera de los bares de principios del siglo XX.
En este movimiento, los podemos ver grandes, chicos, depende si los pintó Manet, Renoir, o Lutrec. Son también, negros como ese gran Garo que aparece en la emblemática pieza de Steinen.
Gatos de la vanguardia
Durante los movimientos artísticos del siglo XX, los gatos ya no se representan como animales de compañía, sino como una expresión de las diferentes corrientes. Cada autor pintó a los felinos según propia perspectiva del arte.
Matisse lo plasmó amarillo, con una pata dentro de una pecera de ejemplares rojos. Modigliani azul, alargado con el mismo gesto aduzco con el que pintaba los retratos de mujeres. Picasso fuera de foco, con un ojo en la boca, Paul Klee de colores con tatuajes y Warhol con las tonalidades destellantes del capitalismo.
Los gatos de Louis Wain
Finalmente, vale la pena mencionar a Louis Wain, un artista que literalmente se dedicó toda su vida a pintar gatos para aliviar su depresión tras la muerte prematura de su mujer.
Primero los dibujó con cuatro patas, pero luego los vistió, y los puso en escenas cotidianas; en las que los gatos se casaban, se peleaban y hasta admiraban cuadros de otros gatos.
Este artista hizo 200 libros con ilustraciones. Algunos adjudican la extrañeza de sus obras a su esquizofrenia.