Pardin es un joven de 21 años que vive en un remoto pueblo de Indonesia que se dedica a la pesca. Podría decirse que su vida era de lo más tranquila hasta que hace aproximadamente un mes encontró el cuerpo de un ángel caído del cielo.
Este increíble encuentro tuvo lugar una tarde, cuando se encontraba pescando en las islas Banggai y de pronto en una playa se topó con el cuerpo de una extraña mujer. Lo primero que pensó era que se trataba de un ángel.
¿Y qué hizo después con aquel ser? Pues lo mismo que todos haríamos si nos topáramos con un ángel caído, llevárnoslo a casa, vestirlo y cuidar de él.
Como un día antes en aquella región tuvo lugar un eclipse de sol, los habitantes consideraron aquello como una señal de que aquella mujer tenía un origen místico y/o espiritual.
En ese y otros pueblos cercanos comenzó a hablarse del ángel milagroso. Lógico la gente estaba muy emocionada
Todo ese alboroto llegó a oídos de la policía quienes fueron a investigar qué ocurría. Fue cuando el jefe policiaco, Heru Pramukarno descubrió que el supuesto ángel era en realidad una muñeca sexual, rompiendo el corazón de los creyentes.
De hecho, cuando Pardin la encontró estaba un poco desinflada y fue su mamá quien la rellenó de tela y le puso un velo.
Quizá a ustedes les parezca increíble que los habitantes de esa región no se dieran cuenta que el supuesto ángel era una juguete sexual, pero de acuerdo a Pramukarno esto se debe a lo incomunicadas que están estas regiones:
“Oímos muchas historias, como que el ‘ángel caído’ estaba llorando cuando lo encontraron. Allí no tienen internet, no saben lo que es un juguete sexual”.
Al final la policía confiscó a la muñeca (se pusieron abusados) para evitar que hubiera más malentendidos.
