A pesar de lo mucho que se habla de Corea del Norte y de sus amenazas de atacar al mundo con sus armas nucleares, es muy poco lo que conocemos acerca de la forma en la que viven los ciudadanos de la nación asiática. Sin duda, la gente y por supuesto, el gobierno norcoreano son una de las instituciones más herméticas que existen en el mundo y en donde el turismo es muy restringido.
Mientras que en nuestro México todo se encuentra abierto, en Corea del Norte la forma en la que un transporte público tan básico como el subterráneo funciona, era un gran misterio. Durante años, el metro de la ciudad de Pyongyang era un secreto de Estado en Corea del Norte, vetando la entrada de cualquier extranjero.
Pero el día de hoy, el gobierno ha dado el acceso a los turistas al subterráneo de esta ciudad. En el año 2010, solo se podían acceder a dos estaciones de la Línea 1, las cuales fueron creadas en 1987.
Estas estaciones son consideradas como las más profundas del mundo, estando 100 metros por debajo de la superficie, tomando alrededor de 4 minutos para bajar en escaleras eléctricas mientras se escucha música patriota.
Sus estaciones son un museo al patriotismo del país, decoradas con estatuas de oro, murales alegóricos y música patriota, y en donde la gente no tiene que esperar más de dos minutos entre un tren y otro (si tan solo fuera así en México).
Durante años, solo se permitía el acceso a una de las líneas del metro de la ciudad, pero a partir del 2015 se abrieron las puertas de la Línea 1 y 2 en su totalidad, donde la gente se reserva su distancia de los extranjeros.
Ambas líneas están compuestas de 17 estaciones. La Línea 1 llamada Chomilla, atraviesa la ciudad de norte a sur, mientras que la Línea 2 lo hace de este a oeste.
Durante años, múltiples rumores se decían del subterráneo, dese que llevaba a fábricas armamentistas o que servía para la transportación de militares. En fin, sin importar esta apertura, no se puede negar que el hermetismo por parte del gobierno norcoreano, ha afectado en gran manera la forma en la que sus ciudadanos reaccionan ante el mundo exterior.
Y mientras la familia de Kim Jong-Un siga en el poder, la gente de esa nación seguirá bajo un yugo opresivo, que se alimenta de la fantasía y de delirios de grandeza muy absurdos.