Pues a darle, ¿no? Una buena noticia… y más que es quincena. Ahora, consumir alcohol podría ser jocosamente justificado como un tratamiento de salud. Y ahí les va por qué.
De acuerdo con un macroestudio publicado por la reconocida revista The Lancet, el consumo de alcohol sí ofrece ciertos beneficios. No a todos y no en cantidades industriales como las que muchos acostumbran, sino a personas que ya superan los 40 años y, ojo, en cantidades limitadas. Una copita, pues.
En el mentado estudio, cuyos resultados bien podrían leerse teniendo en la cabeza la bacachera voz de Saul Lizazo (bueno, en realidad es la de Rubén Moya), se indica que beber moderadamente podría ofrecer beneficios sobre la salud cardiovascular y en asuntos relacionados con la diabetes. La cantidad de alcohol es poca, pero sabrosona: una copita o dos de vino (diario) y con eso tienen.
Si bien lo anterior es una idea que ronda desde hace años, una investigación previa publicada igual en The Lancet la había desmentido. En el texto titulado “Alcohol use and burden for 195 countries and territories, 1990–2016: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2016” se indicaba que ningún grupo era beneficiado por el consumo de alcohol… pero ahora, para felicidad de los que rondan o ya están más que instalados en el cuarto piso, se reconsideraron los resultados.
“Los riesgos para la salud asociados con el consumo moderado de alcohol continúan siendo objeto de debate. Pequeñas cantidades de alcohol pueden reducir el riesgo de algunas enfermedades, pero aumentar el riesgo de otras, lo que sugiere que el riesgo general depende, en parte, de las tasas de enfermedad de fondo, que varían según la región, la edad, el sexo y el año”, señala el abstract del estudio en cuestión.
Para el estudio se analizaron 22 indicadores de salud en una población de hombres y mujeres de entre 15 y 95 años en 204 países. Más que un estudio, se trata de un macroestudio, ya que se desarrolló de 1990 a 2020.
Aunque como ya se señaló en el abstract, todo queda en “depende”, la explicación que los especialistas dieron a los casos en que el alcohol causó beneficios es la siguiente: por su contenido de etanol, el alcohol incrementa la producción de colesterol bueno y, además, tiene una actividad sobre el endotelio que puede ser beneficiosa. No en todas las enfermedades, pero sí en afectaciones cardiovasculares y diabetes.
Ahora bien, en sus conclusiones los especialistas señalan que el caldo puede salir más caro que las albóndigas, ya que no se deben olvidar los que se quieran someter al rico “tratamiento” que el alcohol genera adicción y, con el tiempo, la gente puede ir aumentando su dosis diaria. Es peligroso y una dosis excesiva puede tener resultados harto malos, como lo han demostrados varios casos.