Lo que necesitas saber:
No hay mejor que leer cuentos de terror y qué mejor si son de Edgar Allan Poe.
Aunque este mundo está lleno de autores talentosos de todos los tipos, tenemos una certeza asombrosa; no existió, existe o existirá ninguno que se parezca a Edgar Alan Poe. Sus cuentos de terror cambiaron para siempre la historia de las letras y por eso vale la pena no sólo leerlo, sino aprender de ellos.
Y es que algunos artistas son realmente inmortales; y aunque Poe murió un 3 de octubre de 1849, sus ansiedades, elucubraciones y rarezas están más vivos que nunca.
Su influencia en las narrativas actuales es tanta, que en las carreras de literatura todavía hay materias que analizan sus piezas; cómo cruzaba la luz en sus ventanas.
Parece que fue ayer cuando escribió poemas donde los cuervos hablaban, cuentos con casas en ruinas y novelas de detectives siniestros a los que les interesaban más las sombras que la luz. Sus personajes, atmósferas y conflictos son tan actuales que pareciera que más que un artista, Allan Poe fue un viajero del tiempo.
Quizá por eso, no existe un mejor maestro para guiarnos la difícil tarea de escribir relatos de terror. Nadie como él para describir las penumbras que hay afuera y adentro de eso que llamamos humanidad.
Dicho lo anterior, y porque en octubre se conmemora un nuevo aniversario luctuoso de Poe, hemos juntado algunos de sus mejores consejos para escribir el cuento de terror perfecto. Sí, la verdad es que queremos que ustedes hagan el suyo.
La oscura y rara vida de Edgar Allan Poe
Cuando un periodista lo encontró tirado frente a una taberna de Baltimore, con la ropa sucia y el cuerpo demacrado, nunca se imaginó que se trataba de él.
El escritor nacido en Boston, murmuraba palabras ininteligibles, tan raras que el joven tuvo que acercar su oreja a los labios. Sólo entendió tres palabras: “soy Edgar Allan Poe”.
Hay que decirlo, la vida de Poe fue digna de uno de sus relatos. Nació en 1809 en el seno de una familia de actores. Hijo de una madre enfermiza y de un padre que los abandonó, su primera tragedia ocurrió cuando tenía sólo dos años y se quedó totalmente huérfano.
Entonces una pareja aislada del mundo se encargó de él. Se llamaban John y Francis Allan y tenían mucho dinero lo cual hizo que el pequeño Edgar tuviera una gran educación, pero muy poco calor de hogar. De niño se encerraba en una biblioteca a leer revistas de fantasía.
La suerte nunca lo acompañó. De joven se volvió adicto al juego, lo que le generó grandes problemas en casa. También era un romántico oscuro que se entregó en cuerpo y alma a amores no correspondidos.
Cuando una niña llamada Sara le rompió el corazón, Poe se dedicó a leer en voz alta los poemas de Lord Byron y muy pronto empezó a escribir los propios. A los 18 publicó su primer libro, un trabajo que nadie reconoció y que quedo en el olvido, sólo quedan 12 ejemplares que hoy se venden carísimos.
Fue a la guerra, se dedicó a hacer reseñas de otros escritores reconocidos, creó una gran multitud de cuentos e hizo un poema, El cuervo, que le dio fama internacional.
Estaba lleno de deudas, se quedó desempleado y cuando su esposa Virginia murió con tal sólo 24 años, no pudo más. Se volvió un asiduo visitante de las tabernas, al punto que no hay un solo biógrafo que pueda decir qué pasó en los últimos seis días de su vida.
Se cree que tomó tanto que perdió todo tipo de razón. Algunos dicen que se había contagiado de rabia, otros que lo habían envenenado, los más malos sostienen que tuvo un daño cerebral, lo cierto es que nunca lo sabremos.
Consejos para jóvenes escritores, cortesía de Edgar Allan Poe
Dicho todo lo anterior, y porque hay personas y letras que nunca debemos olvidar, aquí les dejamos los tips para escribir el relato de terror perfecto.
Hay que destacar que esta colección de enseñanzas se sacó de un texto llamado The philosophy of composition. En este escrito, el autor comparte sus experiencias a la hora de tomar la pluma y nos confiesa tanto sus debilidades como sus fortalezas.
Si quieren echarle un ojo a la versión en español aquí les dejamos el link.
1. El final va antes del principio
Antes de empezar, hay que conocer el final de la pieza que quieres escribir.
2. Medita sobre qué tan largo será
Si es tan extenso que no se puede leer en una sentada, no generará grandes impresiones en el lector.
3. Saber qué efecto se quiere generar en el lector
En otras palabras, los enunciados deben pensarse de acuerdo con las emociones que despertarán.
4. Define un tono
Para lograr esto, el primer paso es elegir cuál será la voz perfecta con la que se contará la historia. Considerar si necesitamos que sea un narrador lejano o quizá una voz infantil, cada relato tiene su propia huella.
Para que haya un buen relato hay primero que conocer a los personajes. Escribir sus biografías, encontrarles sus traumas, comprender sus contradicciones y apuntar sus debilidades.
5. Crea un clímax
Hablamos de ese momento de un relato en el que se genera la transformación definitiva de un personaje.
El instante en el que él o la protagonista llega a su hoyo más profundo. Para Poe este instante narrativo siempre debe ser producto del trabajo, no de la inspiración.
6. Pon mucha atención en las atmósferas
Cuando escribas, pregúntate cómo serán los espacios en los que la historia se llevará a cabo. Nuestros escenarios marcan nuestra voz como escritores.