Inferno Exotic Car es el nombre de un moderno vehículo que se tardó siete años en ser realidad, que es orgullosamente mexicano y que promete dar mucho de qué hablar.
Este vehículo nació gracias al trabajo de científicos, ingenieros y empresarios mexicanos, quienes usaron manufactura de marcas nacionales, estadounidenses e italianas. Dicho vehículo rompe con los esquemas y moldes establecidos, tanto por su diseño excéntrico, como por las prestaciones que tiene y los materiales -prácticamente indestructibles- con los que está hecho.
Uno de estos materiales es el Metal Foam, que también fue creado por un mexicano. De acuerdo a Manuel Llaguno, responsable de Nuevos Negocios de Inferno Exotic Car…
“Este material nos va a dar mucha seguridad y ligereza, creemos que es el material idóneo para un hyperauto”.
En total, la densidad del vehículo es de unos 1,500 kilos, el prototipo, y el modelo de producción llega a las dos toneladas.
Si bien aún no se dan a conocer todos los datos técnicos de este vehículo, se sabe que tendrá un motor V8 doble turbo, capaz de desplegar 1,400 hp, que le permitirá alcanzar los 395 km/h, y pasar de los 0 a los 100 km/h en menos de tres segundos.
En cuanto al diseño, el exterior tiene trazos afilados y simétricos. Las luces de plasma asemejan una mirada de diablo. Ah, y el logo también se enciende.
“Este prototipo es para nosotros un orgullo, creo que estamos haciendo algo por la industria y nuestro país. Queremos dejar muy en claro al mercado que en México tenemos la capacidad de hacer ésto y más, lo que estamos haciendo es fortalecer el lugar que ya tiene nuestro país en la industria automotriz”.
Aunque se desarrolló en México (5 años para materializar el proyecto y 2 dedicados al diseño), su armado se llevará acabo por empresas especializadas en Italia. Se espera que la producción inicie a principios del 2016 y aunque aún no hay un precio oficial, rondaría los 1.5 millones de dólares. Ya hay varios interesados en hacerse de un ejemplar.
A nosotros nos gustó mucho, ya nos vimos abordo de uno para ir por las tortillas, a cotorrear al Patrick Miller o para ir de fin de semana a Tepetongo.
¿A ustedes qué les pareció?