¿Has escuchado alguna vez sobre la Ley Volstead? ¿Qué tal el término Ley Seca? Ajá… ya captamos tu atención, ¿verdad? Pues sí, definitivamente es algo a lo que no estamos ajenos, y su origen va más allá de los fines de semana “secos” debido a las elecciones. Y hoy toca hablar de ella porque, si bien su origen se dio hace más de 100 años, se ha vuelto más relevante que nunca. Pero vamos paso por paso.
¿Qué es la Ley Volstead?
También conocida como Ley Seca o Prohibición, fue una ley que se estableció en Estados Unidos en 1920 con el objetivo de frenar el consumo de bebidas alcohólicas en el público en general. No prohibía por completo su ingesta, ya que podía hacerse para fines medicinales o religiosos, pero sí su producción, venta y transporte. Ajá, sí muy listillos, pero bueno, esto no se les ocurrió de la noche a la mañana, al contrario, vino de la mano con un movimiento que promovía la moderación en el consumo tanto de alimentos como de bebidas alcohólicas llamado Movimiento por la Templanza.
Parece una buena idea, ¿no? Mmm… digamos que se salió un poquito de control. Si bien empezó con buenas intenciones, este movimiento pasó de invitar a la moderación a prohibir por completo el consumo de alcohol para luego condenar todo lo relacionado con bebidas alcohólicas. Esto no agradó a muchos y se echaron encima a inmigrantes y hasta a líderes religiosos.
Al final fueron más los que querían echarse una copita sin sentirse culpables – ¡posoye! – y derogaron la ley en 1933 con el Congreso promulgando el Acta de Cullen-Harrison que ya establecía la legalidad de la cerveza.
Pero no fue tan fácil como se lee. Esos 13 años de prohibición desencadenaron una era de violencia y delincuencia que hasta el día de hoy se sigue recordando.
¿Por qué es importante tener la oportunidad de elegir?
Siempre es mejor tener el poder de escoger, y así como en su momento la gente luchó por tener opciones en el caso del alcohol, ahora la pelota está en cancha de los fumadores. Hoy en día se busca que puedan tomar decisiones sobre su consumo de tabaco, por ello existen alternativas al cigarrillo.
Una de estas alternativas es IQOS, un dispositivo que calienta tabaco real, no lo quema como un cigarro convencional. Lo novedoso de esta alternativa es su tecnología HeatControl que calienta el tabaco a no más de 350°C en comparación con el cigarro que quema a 800°C. ¿Y eso qué significa? Pues al no quemarlo no se genera combustión y por ende no hay humo, cenizas ni olor a cigarro, pero sí podrás conocer el sabor real del tabaco, y olvidarte de los ceniceros y de los aromatizantes para cada rincón de tu casa u oficina.
¿Y por qué es una mejor alternativa que seguir fumando? Al no producirse el proceso de combustión, los niveles de sustancias químicas perjudiciales se reducen muchísimo en comparación con el humo de los cigarrillos, ya que al no quemar no se genera humo, sino vapor de tabaco. Ojo, esto no significa que está libre de riesgos.
Por ello la Ley Volstead sigue siendo relevante hoy en día, porque no importa la época, siempre debemos tener la oportunidad de elegir. Si eres de los que están de acuerdo en tener alternativas, y buscas alejarte del humo y el olor a cigarro, entonces date una vuelta por las redes sociales de IQOS.