Lo que están a punto de leer es una historia bien loca de un tipo que dice haber recibido órdenes de un extraterrestre para construir una pirámide en el desierto de Coahuila.
Sí, al principio nosotros también pensamos que se trataba de una pachequés, pero después de checar cómo estuvo la cosa hasta nos hizo dudar y plantearnos el clásico ¿y si-sí cierto? Además nos parece vacilador compartirla con ustedes.
Cada uno tendrá su propia opinión respecto a los extraterrestres y esas ondas maussanescas, y sacará sus propias conclusiones de esta narración. La dividimos en capítulos para darle más emoción y puedan ir entre las pausas por refrigerios o al baño. Ah, y también lo hicimos por mamilas.
Capítulo I
Pozuelos de Arriba y el extraterrestre “guapísimo”
Pozuelos de Arriba es el nombre de un ejido en Coahuila donde desde hace años ocurren cosas raras. De acuerdo a varios habitantes a menudo se ven extraños objetos volando sobre el desierto y las montañas. El fenómeno es tan común que ya se habituaron a él. También observan bolas de fuego que bautizaron como “brujas”.
Ahí vive Raymundo Salomón Corona Villarreal (“Mundo” pa los cuates), un campesino que en noviembre de 1984 tenía 33 años, acababa de ser papá de una niña y buscaba respuestas a sus dudas existenciales en el resplandor de las estrellas.
Mundo trabajaba administrando bombas de agua en uno de los pozos de SIMAS, que es un organismo que abastece agua a la región. Una noches calurosa, con los aullidos de coyotes interrumpiendo el silencio, escuchó que alguien llamaba a la puerta. Cuando abrió ante él estaba un hombre alto, con cabello blanco que llegaba hasta el suelo y ojos color miel. Portaba una túnica amarrada por un lazo y andaba descalzo.
(A lo mejor era la nueva transformación Super Saiyayin de Gokú).
Con un tono reflexivo y triste, el extraño personaje dijo:
“¿Tan pronto te olvidaste de mí?”
El pobre Mundo, que no sabía ni qué onda, solamente alcanzó a responder:
“¿Quién eres? Si te hubiera visto anteriormente jamás te hubiera olvidado. Tienes el cuerpo de un atleta, además tu cara es de un hombre muy hermoso.”
El visitante fingió no haber escuchado el piropo y continuó haciéndose el misterioso.
“¿Tan pronto te olvidaste de mí? ¿No recuerdas cuando nació tu niña?”
Este dato hizo que a Mundo le cayera el veinte y recordara que en efecto, ya había visto al mismo sujeto en una pesadilla que tuvo meses atrás. Se espantó y salió corriendo en plena noche entre las piedras y matorrales.
Capítulo II
El sueño
El extraño sueño que recordó Mundo había ocurrido a finales de 1983, cuando además de su chamba en el Pozo de Agua, Mundo ordeñaba al ganado de su rancho y cuidaba a sus hijos pues su esposa Alma Rosa se encontraba cerca de dar a luz.
El 9 de noviembre Alma comenzó con dolores de parto y su esposo la llevó a la Clínica del Seguro Social, en Frontera. Mientras Mundo se encontraba en la Sala de Urgencias cayó inconsciente. Entre sueños vio a su mujer acostada y junto a ella, a una persona con túnica negra y rostro de calavera. La huesuda le dijo que había llegado la hora de llevarse a su esposa y a su hija.
Ay güey…
Mundo le pidió de rodillas que mejor se lo llevara a él, pero la calaquita le dijo que ella no podía hacer nada, y que únicamente podría ayudarlo alguien que estaba arriba. Entonces Mundo vio una escalera que iba hasta las nubes, la subió y llegó hasta un salón donde había un hombre sentado al que le rogó que no fuera gacho, que le perdonara la vida a su mujer y su hija.
El hombre le dijo:
“¿Por qué pides necedades?, ¿por qué no eres conforme con lo que debes ser?, has de saber que lo que está escrito, por algo está escrito”.
Para suerte de Mundo, de una puerta emergió una señora que emanaba luz, vestida con una túnica azul y una cofia en la cabeza, que dijo:
“Señor, perdónale”
Después de reflexionar el hombre dijo:
“Bueno, que así sea, pero no te olvides de volver a pedir necedades. Vete con tu esposa, tu mujer va a tener una niña y por nombre le pondrás Aglael. Y su madrina va a ser la muerte”.
Después de estar varias horas inconsciente Mundo despertó. A la 1:30 de la mañana nació su hija, a la que nombró María Aglael.
Capítulo III
No soy un Dios
Al acordarse de este sueño Mundo se detuvo y movido por la curiosidad regresó al lugar donde el ser guapísimo, al que le debía un favor, lo seguía esperando.
“No estás soñando, no has vivido la realidad tal y como ahora. No estás soñando. Vengo a pedirte un favor. Quiero que construyas un templo y su volumen total tendrá 108 metros, vas a calcular su altura y su base, debe ser en forma de pirámide”
Y pus como Mundo le debía un favor, pues aceptó. Al principio pensó que aquel ser se trataba de una deidad, ya que los antiguos sacerdotes indios de la región decían poder comunicarse con los dioses.
El extraño ser le leyó el pensamiento, o algo así, y le respondió:
“No soy un Dios, soy un hombre como tú, la misma importancia que tienes tú, la tengo yo. Yo te digo que el ser que formó esta nebulosa, cuando hablaba nacían nuevos universos, al igual que cuando hablas”
Emmmm… ok…
Capítulo IV
La petición de un templo
El ser le ordenó a Mundo construir un templo tan seguro como casa del Infonavit. La pirámide debía ser tan fuerte…
“… que ni los vientos ni los vendavales la muevan. Y que siempre esté erguida hacia arriba, porque de arriba emanan todas las cosas buenas. Así quiero que sea tu fe, que esté siempre hacia lo alto. El templo tendrá forma de pirámide, y será de piedra. Por eso quiero que tu fe jamás se vaya a quebrantar”.
La bronca era que Mundo, nacido en una familia de campesinos, solamente había estudiado hasta sexto de primaria y hacer los cálculos para que la pirámide pudiera ser levantado implicaba tener conocimientos que él no poseía.
Entonces el ser guapísimo le dijo:
“Lo que no sepas, pregúntalo, hasta el más inepto tiene algo que enseñarte. Pregúntate por qué se mueven las hojas de los árboles. Un día vas a sacar de tu sistema genético un conocimiento que has ido almacenando desde milenios de años. Yo te digo que eres como el propio universo. No eres diferente. Conócete, de dónde vienes, por qué estás aquí. Lo que es más importante, hacía dónde vas a ir”.
Fácil ¿no?
Después lo llevó al lugar en el desierto donde quería que se levantara la dichosa pirámide. Mundo aprovechó para preguntarle el nombre a su nuevo amigo (digo, si la aparición iba a estar de pedinche, lo justo era saber aunque sea eso). Sin embargo, el extraño se negó a darle esa información.
“No te lo diré hasta que tomes conciencia, hasta que entiendas. Muchos se burlarán, difamarán. Dirán: ‘Fue una locura o una borrachera, fue una visión de este loco, o este drogadicto’. Yo te digo que el nombre de una persona representa algo más que su cuerpo, que su alma y su espíritu. Es la esencia que habita en el hombre. Un día te diré mi nombre”.
Al parecer el dichoso extraterrestre andaba de mal humor (a lo mejor tenía calor, como el chorrito de la canción de Cri-Cri) pues sus respuestas dejaban mucho que desear. Así le respondió a Mundo cuando éste le preguntó de dónde venía:
“Por qué te preocupa tanto de dónde vengo. Preocúpate por ti, pero te voy a decir. Vengo de la constelación de Orión, de un lugar llamado Nefilin. Es un lugar 20 veces más grande que la tierra. Hay mucha similitud con los seres humanos”.
Capítulo V
Herulayka
Mundo inició la construcción de un templo de piedra de siete metros altura en el sitio indicado por el extraterrestre, en el ejido Pozuelos de Arriba, que se encuentra cerca de Monclova y también del municipio de Frontera.
Cuando le contaba lo ocurrido a otras personas simplemente lo tiraban de a loco, aunque por la zona seguían viéndose OVNIS. En una de sus visitas el extraterrestre guapísimo tomó una piedra del suelo y usando los dedos dibujó en ella una figura similar a una serpiente. Según el extraterrestre, cuando Mundo descifrara lo que significaban esos trazos entonces por fin sabría su nombre.
Insistimos, son medio payasos estos extraterrestres, nomás les gusta dárselas de misteriosos e intensos, pero bueno, sabrá Dios cómo le hizo pero Mundo un día averiguó el nombre del ser intergaláctico, quien le dijo:
“Sé que ya sabes quién soy, mis compañeros me llaman Herulayka: el que ama libremente, el que ama en libertad, ese es mi nombre”.
Herulayka, como ya mencionamos, viene del planeta Nefilin, que se encuentra en la constelación de Orión y se transporta en una nave espacial. Si Maussan está leyendo esto seguro ya se vino está emocionado.
Capítulo VI
El club de fans
Aunque el relato de Mundo podía parecer muy fantasioso, hubo quienes no le dieron el avión. Resulta que siete jóvenes llegaron por aquella época a Pozuelos de Arriba y se quedaron picados con sus relatos chairo-misticos, y por las luces y cosas que ocasionalmente veían en el cielo. Obviamente también le entraron a esas ondas:
“Todos tuvieron la oportunidad de aprender, de buscar y ser alguien diferente. Buscábamos en el infinito. No veíamos nada, mas que las estrellas”.
Según Mundo, estos chavos también tuvieron chance de ver a un hombre que se transportaba en una nave con cúpula de cristal, cuyo piso, era sólido y transparente. Algo así:
Éste ser también tenía los ojos rojos “como de llamas de sol que se posa entre las nubes”.
Sobre este ser, Mundo comenta:
“Los que lo vieron, unos quedaron traumados. Le decían ‘El Gigante’, cada quien lo miraba de acuerdo al estado de conciencia en que estaba, hubo unos que me decían: ‘Tú cuando estás con él no hablas español, hablas en otra lengua que no entendemos’. Yo no sé otra lengua más la que poco entiendo. Yo me crié criando cabras y vacas. ‘No, están errados’, les decía”.
En una solitaria noche de verano de 1998, durante una de esas reuniones en uno de los pozos de Simas con ocho de sus seguidores (casi todos estudiantes de una prepa de Monclova), se escuchó una voz melódica que llamaba a Raymundo, quien le comentó a sus acompañantes:
“Ustedes son privilegiados porque van a ver lo que nadie ha visto”.
Entonces el cielo se nubló y comenzó a escucharse un sonido similar al de un enjambre de abejas. En un palo que estaba clavado sobre la tierra (y que es donde ahora se encuentra la pirámide) estaba el mismísimo Herulayka suspendido en el aire.
“Herulayka era una persona normal, cabello largo, barba, túnica y espada. Su navecita estaba escondida detrás de las nubes”
… dijo entonces uno de esos chavos, quien acostumbraba a visitar Pozuelos de Arriba con sus cuates para cazar conejos.
“Teníamos 18 años, decían que por allá se aparecían ovnis. Empezamos a hacer plática con Mundo, nos hicimos amigos. Íbamos martes y sábados durante tres años. Nos hablaba de lo que le contaba Herulayka. Mundo decía: ‘Cero cigarros, cero cerveza’. Antes platicaba menos, decía que la gente es mala por naturaleza.
Mundo me dejó pasmado porque el señor tiene una vibra muy bonita. Llegábamos a las ocho de la noche y nos íbamos a las dos de la madrugada. Cuando vimos a esa entidad llamada Herulayka, estaba como flotando en el aire, no se le veía la cara. Estábamos todos muy nerviosos, casi llorando. Mundo hablaba otra lengua.”
Estos raros encuentros también los afectaron:
“A raíz de esta situación tuvimos problemas en la escuela, con nuestros padres. Fue algo que estaba fuera del alcance de nuestras mentes. Algunos quedaron trastornados. Siempre que hablamos de eso cuando nos juntamos, se molestan, algunos agarraron el alcohol para olvidar esos detalles”.
Ahora él es Policía Federal pero ocasionalmente sigue visitando Pozuelos de Arriba.
Capítulo VII
Los Esenios
Hay un grupo de curación llamado Centro de Estudios Psicocibernética Esenios, que trabajan por medio de la meditación. A ellos acudió Mundo Corona en 1986 para hablar sobre la encomienda que tenía sobre la construcción de una pirámide y todo el rollo que ya explicamos anteriormente. Ahí conoció a un tal Profe Toño, un ingeniero mecánico con ganas de aprender los secretos de la meditación.
Así, el grupo comenzó a visitar cada semana Pozuelos de Arriba.
“Nos cautivó porque el objetivo de la pirámide que se quería construir es la curación. Habíamos agarrado de ir a hacer meditaciones. Antes solamente había un palo que había marcado el ser de luz, el maestro Herulayka”.
Profe Toño siguió visitando Pozuelos de Arriba, hasta que el líder de los Esenios, Sergio González de la Garza, le dijo:
“¿Por qué andan buscando lo que no han perdido? ¿Lo que ni siquiera han terminado de comprender?”.
Esto marcó a Profe Toño, quien dejó de visitar Pozuelos de Arriba por un tiempo. Después de la muerte del maestro Sergio, dejó de frecuentar a Esenios, construyó un rancho en Pozuelos de Arriba y se dedicó a meditar. Años más tarde volvió a encontrarse con Mundo cuando la pirámide ya estaba siendo construida. Ahora Profe Toño es quien se dedica a mantenerla en buen estado, y aunque dice que nunca ha visto a Herulayka, sí lo ha escuchado.
“No lo vi físicamente, pero me habló a través de Mundo, me dijo que habría de cuidarlo, que en otros tiempos (otra vida) anduvimos juntos, que él se apoyaba mucho en mí. Tanto como verlo, no, pero me habló a través de Mundo”.
Incluso a finales del 2010 Profe Toño vio a Mundo caer en trance cuando se encontraban en la pirámide y escuchó una voz que hablaba con mucha fuerza y propiedad.
“Estaba todo oscuro. No soy niño chiquito, no soy un fanático. Creí que era el Maestro Herulayka, me pidió cosas que todavía no he logrado discernir bien, cosas que no puedo contar. No estoy autorizado”.
Capítulo VIII
El mensaje de Herulayka
Sin embargo, algunos de los mensajes que Herulayka, el extraterrestre guapetón, le ha dado a conocer a Mundo, son los siguientes:
“No desesperes porque si un día te encuentras solo, recuerda esto: Si dentro de un millón de años uno te escuchara, eres como el propio diamante que esparce la luz del conocimiento. Lo que queremos es que se den cuenta lo terrible que están haciendo en este lugar llamado tierra, y que deben cuidar como a la niña de sus ojos porque les da lo necesario para vivir. Deben estar conscientes que son una réplica de la tierra y del universo entero. Todo esto que te he contado cuéntaselo a los demás. Es necesario que el hombre sepa que está tomando por el camino errado, y están tomando el conocimiento para crear armas”.
Cuando Herulayka tomó la mano de Mundo y este cayó en trance, tuvo una visión sobre el futuro de la Tierra que resulta poco alentadora.
“Hubo una guerra terrible que me atormentaba. Algo se había salido de control, todos los átomos de las especies, piedras, mar y polvo aumentaban temperaturas enormes. Esto arrasaba todo a su paso, todo lo destruía. Y veía como la onda de calor quemaba a niños y mujeres; veía cómo se retorcían; se les caían pedazos de carne. La tierra se hizo como cuando se queman las montañas, toda la tierra se cubrió de humo y fue una noche de muerte. Me puse a pensar: ‘Por qué no nos pusimos a ver el caos que estábamos haciendo a la tierra, el sufrimiento”.
Chale, ya valió…
“En esa oscuridad veía luces que se movían: eran hombres y mujeres desnudos. Venían otros de arriba, bajaban y hablaban con ellos, se iban juntando y eran ríos de luces en la oscuridad. Vi una porción de tierra que había quedado intacta: los hombres se reproducían y reestructuraban la tierra, que tomó nuevamente su esplendor y su formación hermosa. Vi que la tierra se llenó de gente, de lo alto venían hombres volando. La gente los seguía como enjambres.”
Mundo explica por qué esas personas sí se salvaron:
“Porque ellos tenían pleno conocimiento. ¿Crees que puedas poblar todo? Yo te digo que el que hizo estas cosas, cuando habla hace nuevos universos, todo es para ti, haz lo correcto”.
Capítulo IX
La furia de Alma Rosa
Uno pensaría que Mundo lleva una existencia llena de espiritualidad, más allá del bien y del mal. Pero lo cierto es que tiene broncas terrenales como todos. De hecho, su esposa ya le dijo que dejé de andarse distrayendo con tanta mafufada y se ponga a cuidar a su hija.
“Es como la fregada. Decía que la gente me quitaba mucho tiempo: ‘Tú por andar con las viejas, no me ayudas con la niña”
Tanto es el coraje de Alma Rosa, que le tiró las fotografías y registros que tenía sobre la
construcción de la pirámide, que por cierto sigue inconclusa y Mundo no sabe para cuándo pueda quedar lista:
“Decían que las pirámides de Egipto tardaron 300 millones de años. La Pirámide del Sol (Teotihuacán) nadie sabe cuántos años tardaron. Nadie sabe a dónde se fueron. Yo te digo que ellos encontraron una puerta. No hemos terminado.
El día que se den cuenta de que la pirámide sirve para cortar el camino de un futuro próximo, muchos vendrán a procrear hijos. Deben darse cuenta que ustedes son átomos. El hombre va a empezar a buscar.
Donde está la pirámide es un vórtice de energía, se tiene que buscar, como el ombligo del hombre, los ombligos donde se pueda explorar el universo. Está hecho por el cúmulo de energía de la Tierra”.
Capítulo X
Entendiendo la pirámide
Alrededor de la pirámide hay seis pequeñas capillas, Mundo explica su función:
“Abran su corazón y mente, encontrarán que no sólo una vez la vieron (una construcción de ese tipo) y que en el correr del tiempo fueron partícipes de muchas construcciones parecidas a ésta.
Recuerden que son libres y deben buscar dentro de ustedes, abran su corazón y mente, encontrarán que no sólo una vez la vieron y que en el correr del tiempo fueron partícipes de muchas construcciones parecidas a ésta. Si analizamos la historia, vamos a encontrar que muchas veces las historias se repiten. Cada hombre debe ser libre, y no someterse a la voluntad de los demás. Que no te digan: ‘Éste es el camino’ ¡Encuéntralo! Así como cuando estuvieron en el esperma, busquen el camino por el que habrán de seguir”.
Ya no entendimos casi nada, ¿ustedes sí?
Mundo dice que la pirámide no es para que la gente se reúna en ella.
“No es para juntarse. No es para hacer una organización. No es para hacer una secta religiosa. Es una cosa para el que escuche entienda y no pierda su tiempo juntándose con los demás”.
Eso sí, Mundo dice creer en Dios y que su función es similar a la del profeta Ezequiel, quien vaticinó tanto la destrucción de Jerusalén como su resurgimiento.
* * * * *
Ahora Mundo tiene 16 nietos y dos bisnietos, y está en constante chequeo médico debido a un cáncer que invadió su cuerpo.
“Sólo quiero vivir lo que la vida me deje vivir. Papá decía: ‘Que triste que vaya a morir porque apenas empiezo a entender la vida'”.
¡Quihubo!