Si te llaman don o doña pulcritud o sí te han mencionado varias veces que tu trastorno obsesivo compulsivo ya desgasto las escaleras de tanto que las limpias, te tenemos muy malas noticias, esos horripilantes seres microscópicos llamados bacterias, no tienen planes de abandonar tu casa por más que limpies y son capaces de ganar la guerra contra el limpiador más potente.
Si tienes más de 30 años, estarás de acuerdo que la limpieza es esencial para un hogar acogedor, con tal de que todo quede limpio y desinfectado, el cloro, la sosa cáustica y toda la colección de limpiadores, son nuestro mejor escudo para que nuestra cocina quede impecable, pero lamentamos decirte que cientos de científicos se han encargado de demostrar que no hay lugar en tu casa con mayor número de bacterias que ¡¿La cocina!?
El resultado, puede parecer sorprendente, sobre todo si tomamos en cuenta que ni el WC acumula tantas bacterias, pero según los científicos, esto se debe a diversos factores:
Para empezar, los alimentos que lavamos, la carne y el pollo contienen infinidad de gérmenes y al momento que los lavamos, el agua se contamina y al salpicar, estas criaturas invisibles estarán en muchas partes de tu cocina, hasta en los platos.
Después, los gérmenes, bacterias y hongos se han hecho inmunes a los limpiadores, por más fuertes y más caros que existan, aunque estos prometan matar el 99.9% de los gérmenes, y en realidad es así, pero te tardarás en limpiar que los microbios en reaparecer en la zona limpiada y colonizarla en grandes cantidades.
Pero tranquilo, por más fobia que tengas a los microbios, te tenemos que decir que la mayoría de nuestros inquilinos invisibles, son inofensivos y no causan daños a la salud.
En la tercera y última causa, es donde se prenden los focos rojos. Si crees que lo que usas para limpiar, secar o lavar los trastes está limpio por el simple hecho de que limpias con él, estás equivocado. Los trapos y las esponjas son lo peor, si tuvieras lentes microscópicos, jamás comerías en los platos que lavaste con esa esponja llena de bacterias fecales.
Como lo lees, se estima que el 75% de los trapos y esponjas usados en la cocina, son un paraíso para bacterias coliformes y E. coli, las mismas que se encuentran en nuestras heces y esto lo confirma la NSF Internacional.
Y es que si algo no podemos soportar ver sucia, es la taza del baño, así que lavamos el inodoro las mismas veces que nos metemos a bañar, pero las esponjas trapos, se quedan húmedas y calientes todo el tiempo, lo que significa una fiesta para estos microorganismos y también se contaminan por el contacto en las manos, pero sobre todo, con la carne cruda.
Chuck Gerba, profesor de microbiología de la Universidad de Arizona, ha concluido que las jergas y esponjas de tus cocina, tienen 200.000 veces más bacterias que tu escusado.
Pero eso no es todo, ese tipo de bacterias también se encuentran habitando en las piletas de cocina o fregaderos, las tablas de cortar, en las manijas de las puertas del baño y hasta en los ¡cepillos de dientes!
Para proteger a tu cepillo de dientes, de algo desagradable, ponlo lo más lejos que puedas del inodoro, y si está en tus posibilidades, cómprale una tapa.
Y finalmente, aquí les va el secreto de mi abuelita para limpiar, nunca antes revelado, agrega un chorrito de vinagre al recipiente con que vayas a limpiar, actúa como un buen desinfectante y deja los vidrios increíblemente relucientes.
Cómo combatirlas
Los expertos coinciden en que no hay mejor táctica para combatir a las bacterias en las jergas y esponjas, que mantener las secas, enjuágalas y llévalas lejos del agua cada vez que termines de lavar los trastes, mételos en jabón una vez por semana.
Es aconsejable meterlos al microondas o a la lavadora de platos para matar los gérmenes y también dejar de andar gastando lo que no te va a ayudar, los mejores lavar todo con agua y jabón.