¿Qué harían si la Agencia Central de Inteligencia les diera trabajo? Probablemente algunos tendrían sus dudas, pero otros aceptarían inmediatamente por pensar que su vida sería como una película de acción. Ya saben, una con explosiones, disparos, movimientos de kung fu, giros de trama y todo eso.
Sin duda las personas podrían pensar que sería una chamba emocionante, pero una perrita no parecía pensar lo mismo.
Conozcan a Lulu, la labrador que recientemente fue despedida de la CIA debido a que ya no le gustaba hacer la única tarea que tenía designada: olfatear y localizar bombas escondidas. Según lo que la organización publicó en su cuenta de Twitter, esta chica ya no se encontraba motivada a hacerlo, sin importar qué clase de incentivos le dieran.
Lulu wasn’t interested in searching for explosives.
Even when motivated w food & play, she was clearly no longer enjoying herself. pic.twitter.com/puvhDk1tRX— CIA (@CIA) 18 de octubre de 2017
“¡Nel güey! A ver, ¡busca las bombas tú!”
Así como sucede con los seres humanos, los perritos de vez en cuando tienen momentos en los que ya no encuentran motivación en lo que hacen. En algunos casos, este fenómeno dura un par de días o hasta una semana, pero los entrenadores de Lulu dijeron que esto era más que temporal.
We’re sad to announce that a few weeks into training, Lulu began to show signs that she wasn’t interested in detecting explosive odors. pic.twitter.com/c6lxHPfC09
— CIA (@CIA) 18 de octubre de 2017
All dogs, like humans, have good & bad days when learning something new.
Same for our pups, though it usually lasts just a day or two. pic.twitter.com/z9lQa2uKX4— CIA (@CIA) 18 de octubre de 2017
“Incluso cuando se le daba comida para motivarla a buscar, claramente ella ya no disfrutaba lo que hacía”, dicen las publicaciones. “La mayor preocupación de nuestros entrenadores es el bienestar físico y mental de nuestros perros, así que tomaron la difícil decisión de hacer lo mejor para Lulu, que fue sacarla del programa”.
¿Qué ocurrió con la perrita después?
Afortunadamente, Lulu no va a tener que trabajar el resto de su vida (a diferencia de cualquier persona a la que despiden), porque ahora tiene un nuevo hogar con su entrenador. Esto se debe a que, en la CIA, los encargados de adiestrar a los animales tienen la oportunidad de adoptarlos cuando estos se retiran.
Lulu was adopted by her handler & now enjoys her days playing w his kids & a new friend, & sniffing out rabbits & squirrels in the backyard. pic.twitter.com/WOImM75P1D
— CIA (@CIA) 18 de octubre de 2017
“Ella ahora disfruta sus días jugando con niños y un nuevo amigo, olfateando conejos y ardillas en el jardín y comiendo bocadillos en su propio plato”, dicen otras publicaciones.
La verdad es que es un destino bastante digno para una criatura que realiza misiones tan peligrosas. Ojalá que esa buena chica pase toda su vida como si fuera un sueño perruno hecho realidad.