Tal vez una de las cosas más desagradables sea ver basura tirada en la calle, esa que tapa las coladeras y cuando llueve, hace que las calles se conviertan en un Xochimilco sin elotes o adolescentes alcoholizados.
No sólo produce inundaciones, la propagación de enfermedades o plagas, es muy desagradable ir caminando y pisar basura, o en otro caso un chicle, que se quedará embarrado en tu zapato por el resto del día.
Por desgracia, muchas personas tiran su chicle en la calle y terminan convirtiéndose en parte del escenario callejero, algunos están tan secos que parece que estuvieron en la mezcla de concreto desde el principio. El artista Ben Wilson decidió darles una nueva vida, pues desde 2004 pinta pequeñas escenas encima de estos chicles viejos y olvidados.
Le gusta realizar esto porque toma algo asqueroso y lo convierte en algo interesante y muy llamativo, en sus palabras “si puedes tomar algo que alguien más deshecho y convertirlo en algo más, es emocionante”.
Primero encuentra uno que ya no esté húmedo y los cubre con una capa de laca, para que así no se derritan cuando hace mucho calor.
Su trabajo se ha vuelto una sensación, su trabajo fue expuesto en la Galería de la Casa Munro en Inglaterra, y la Real Sociedad de Química, le encargó pinturas de los 118 elementos químicos conocidos.
No sería mala idea hacer esto en las calles de la Ciudad de México, ya ven que casi no abundan los chicles en las calles.
***Vía: Mentalfloss