La tecnología avanza a niveles impresionantes, y aunque muchos de nosotros somos unos cracks para manejar cualquier aparato que se nos ponga enfrente, nuestros padres y abuelos muchas veces no corren con la misma suerte. Sin embargo, para muchos adultos, su problema con la tecnología va más allá de lidiar con cosas como aprender a buscar videos en YouTube, y es más el hecho de que ésta avanzó tan rápido que los orilló a deshacerse de aparatos que actualmente son difíciles de encontrar y donde podrían revivir algunos recuerdos.
Tan sólo piensa que mientras nosotros tomamos miles de fotos en el celular y las posteamos en línea, ellos tenían que comprar rollos y revelarlos con la esperanza de que no hayan salido borrosas. Ya ni hablar de cómo cargaban con decenas de casettes en el coche que contenían el mismo número de canciones que uno puede tener en una playlist de Spotify.
La historia que les vamos a contar hoy trata justo ese tema, aunque de una manera encantadora. Resulta que hace unos días un sujeto puso a la venta su viejo reproductor de VHS en eBay, el cual sorpresivamente alguien compró, a pesar de que en la actualidad ese formato de video ya no se utiliza en lo absoluto. Días después, esta misma persona se encontró en su buzón con una carta proveniente de un ancianito de 86 años, quien se tomó el tiempo de agradecerle la venta y donde le explicó porqué fue importante para él conseguir este artículo. Acá se las dejamos:
Si no le mascan muy bien al inglés va la traducción:
Encontré muchas cintas VHS antiguas recientemente y quería ver qué hay en ellas y me di cuenta de que no tenía reproductor. Así que fui a EBay por primera vez y descubrí tu oferta.
Compré su VHS y lo enviaste en unos días. El reproductor se veía nuevo y sin usar. Increíble. Tuve algunos problemas para ponerlo en marcha, los cuales eran míos y no del aparato. Tengo 86 años y tal vez no estoy a la altura de mi juego pero eventualmente lo consigo. Y lo hice, y descubrí que el VHS funciona perfectamente.
Muchas gracias por su atención, sus esfuerzos y su rapidez.
Miré las cintas de mi fiesta de jubilación de hace 25 años que nunca había visto antes. Dios mío, éramos jóvenes. Luego, una cinta de mi boda con toda la familia y amigos, muchos de los cuales ya no están. Luego viajes de esquí, niños que crecen, viajes y, lo que es más importante, la maduración suave de mi familia. Cada uno más divertido que el último Todo gracias a su generosa venta del reproductor VHS.
Pensé que apreciaría lo mucho que alguien ha disfrutado de su oferta.
Bien dicen por ahí que la basura de uno es el tesoro del otro, y que muchas veces esas cosas que a uno ya no le sirven pueden hacer feliz a alguien más, como el caso de este viejito que pudo recordar su juventud gracias a un aparato que para muchos puede ser obsoleto. Todos llorando con esta historia en 3…2…1…