Damas y caballeros, bienvenidos al mundo del mañana; un lugar donde los autos todavía no flotan por los aires ni hay cápsulas que se convierten en pizzas al contacto con el agua, pero sí donde existe ropa hecha con cobijas. Ahora, no hablamos de simples togas improvisadas por gente a la que le dio güeva vestirse, sino de verdaderos atuendos inspirados nada menos que en los poderosos cobertores San Marcos.
Así es, el futuro es hoy y el último grito de la moda es que ya no tengamos que despegarnos del edredón… ni siquiera para salir a la calle. Todo esto es gracias a la diseñadora Brenda Equihua, quien creó una colección de siete piezas textiles llamada “New Classics”, basando las ideas de sus materiales en esas icónicas mantas mexicanas.
Entre los peculiares accesorios se encuentran: dos abrigos, una falda de leopardo, un top con capucha, un lujoso cierre con cremallera y dos sudaderas. ¡Todos hechas de cobijas reales! Incluso hay una pieza que tiene impresa a la Virgen de Guadalupe, para cubrirnos del frío traicionero y, además, los protegernos de todo mal.
“No hay bronca, jefecita, ya llevo a mi virgencita puesta”.
De acuerdo con una entrevista reciente, el objetivo de esta línea de atuendos era dar variedad a la vestimenta de la gente, sobre todo a toda la banda mexicana que ha usado sus cobijitas San Marcos para protegerse del chiflón.
“La meta era crear algo con lo que todas las personas pudieran identificarse, sin importar su origen o clase social”, dijo Brenda, muy orgullosa de su trabajo.
En caso de que quieran hacerse de suropa-cobija, entonces pueden visitar la tienda en línea de la diseñadora. Pueden encontrar una capucha por 200 dolarillos y los abrigos de cuerpo completo en 475. No son los precios más accesibles del mundo, pero a veces, la moda y la comodidad exigen que nos quitemos un ojo de la cara se haga un esfuerzo extra.
¿Será este el inicio de una era de ropa inspirada en cobertores? Tal vez. No nos sorprendería que mañana, la gente esté vendiendo chamarras-cobijas con estampados de lobos y tigres en el tianguis. ¡La creatividad es el único límite!