Parte de la riqueza cultural de nuestro querido México son sus artesanías, eso no lo podemos negar. La realidad es que muchas veces el talento, esfuerzo y dedicación de las personas que se dedican a esto para poder vivir no es pagado como se merece, hay quien hasta regatea para no pagar más del precio fijado porque ‘se les hace caro’. Pero, ¿qué pasa cuando de plano nadie les compra algo? Esta artesana pasó por un mal día y alguien la captó en ese momento.
Esta es la historia de doña Adela, quien es originaria de Turícuaro en el maravilloso estado de Michoacán. Para subsistir y continuar con el legado de sus antepasados, la señora vende servilletas que ella misma borda con sus propias manos (de esas que tienen nuestras abuelitas para que las tortillas se mantengan calientitas).
Diario viaja desde su localidad hasta el centro de la ciudad de Uruapan y de ahí se pasa al pueblo de San Juan Nuevo Parangaricutiro para intentar vender sus productos entre los turistas. Lamentablemente, un día la artesana no había vendido nada, aún cuando da sus servilletas a 40 pesitos (una ganga considerando todo el empeño y esfuerzo que hay detrás de un trabajo así).
Como a todos nos ha pasado, la señora no pudo evitar la tristeza, así que se sentó en unas escaleras a esperar que alguien comprara algo. La historia de doña Adela la conocemos gracias al usuario de Facebook, Leo Brown, quien compartió la historia a través de esa bella red social. Ahí contó que vio a la artesana sumamente triste por su situación, así que decidió hacer algo por ella y utilizó las benditas redes sociales para hacerle promoción, con el fin de mostrarle a sus amigos o conocidos todo lo que nuestra artesana hace.
Historias como la de la señora Adela nos hacen pensar en todo lo que hay detrás para poder bordar algo así y sobre todo, que lo que hacen personas como ella es algo invaluable que a veces no valoramos. Esperamos que si llegan a viajar a Turícuaro, Uruapan o San Juan Nuevo Parangaricutiro busquen a esta excelente artesana, le compren todo lo que puedan y sobre todo NO LE REGATEEN.