Para nosotros los mexicanos el concepto del “perro del barrio” no es algo que nos extrañe, ya que siempre hay uno o más que se convierten en la mascota de todos y que día a día, nos visitan y ponen una enorme sonrisa en nuestros rostros.
Por lo general, estos perritos vienen de zonas cercanas, pero la historia de un cachorro en Minnesota, nos ha dejado cautivados. Conozcan a Bruno, perro que durante los últimos 12 años recorre 6 kilómetros diarios para visitar a los residentes de la ciudad de Longville:
Larry y Debbie LaVallee, dueños de Bruno, le cuentan a Kare 11 como lo encontraron desde que era un cachorro, recorriendo un tramo de la carretera 84 que lleva a Longville.
“La primera vez que lo vi por el pueblo, casi me gana en llegar. Los vecinos me decían que habían encontrado a mi perro en su patio y yo les respondí: no es mi perro.”
Sin embargo, Larry se encariñó con el cachorro y decidió adoptarlo (que bonito). A pesar de encontrar un nuevo hogar, Bruno seguía visitando Longville, lo cual dejaba preocupados a sus dueños, quienes no encontraban la manera de evitar que realizara sus caminatas:
“Desde que lo trajimos intentamos evitar que se saliera de la casa, incluso lo dejamos encadenado una vez, pero casi se ahoga de tanto jalar la cadena. Al final nos hicimos a la idea y lo dejamos salir.”
Pues hubieran llamado a Cesar Millan, chance y él adiestraba al buen Bruno, pero viendo bien su historia, dudamos que el Encantador de Perros pudiera con él.
Y fue así como inició la historia del buen Bruno, quien ha dejado absortos a propios y extraños con su peculiar recorrido, el cual inicia en el Municipio de la Ciudad, para pasar a la tienda de helados, varias oficinas y la tienda Tabaka.
“Él es nuestro amigo, nosotros lo cuidamos lo mejor que podemos. La semana pasada, se quedó como dos horas con nosotros.”
Obviamente, esto ha causado que los LaVellee reciban constantes llamadas de los recién llegados a la ciudad quienes se quedan atónitos ante la respuesta de sus dueños: no se preocupen, él sabe cómo regresar a su casa.
Pero lo que lo ha convertido en toda una leyenda, es su habilidad de esquivar automóviles, ya que nunca ha tenido algún tipo de altercado o accidente, a pesar de que su viaje incluye un largo tramo de carretera.
Pero como todos, la edad ha empezado a alcanzar al buen Bruno, quien ya no tiene las mismas energías que antes, llegando cada vez más tarde a su querida ciudad:
“El se está poniendo viejo sabes, el no estará mucho tiempo con nosotros.”
Sin embargo, el legado de Bruno ha quedado cimentado en Longville. El año pasado el Municipio reconoció a Bruno al darle una estatua de madera en una de las avenidas principales de la ciudad.