¿A poco no es muy rico echarse un buen bostezo? Además de estirarnos, bostezar a todas nuestras anchas es una buena forma de comenzar el día.
El efecto es tan contagioso que un simple bostezo puede hacer que la gente a nuestro alrededor haga lo mismo. Sin embargo, socialmente esta reacción del cuerpo se ha convertido en sinónimo de pereza.
Pero según un estudio realizado por la Universidad Estatal de Nueva York, la duración de un bostezo podría determinar la inteligencia de una persona.
Como lo acaban de leer señores. Después de observar diferentes videos de 29 mamíferos bostezando, los científicos liderado por Andrew Gallup calcularon la duración de estos bostezos.
Con esto determinaron que los animales con un cerebro de mayor tamaño a comparación de todo su cuerpo, tienen un bostezo más prolongado.
Usando la información que hemos encontrado, podemos demostrar que tanto el significado como la duración del bostezo son buenas formas de predecir el peso del cerebro y el número de neuronas corticales. Consistente con estos efectos, los primates tienden a tener una mayor variable y duración en su bostezas a comparación con otros mamíferos.
Esto se debe a que el bostezo sirve como un método para refrescar el cerebro, trayendo mayor oxígeno, así como mejorar la circulación de la sangre. Sin embargo estos resultados siguen sin ser comprobados al 100%, y gran parte de la comunidad científica tiene dudas sobre el efecto que el bostezo tiene en la cabeza.
Pues será el sereno. Aunque esto no sea más que un sueño guajiro, ningún estudio será capaz de parar la ola de bostezos que solo un buen “Godín” disfruta cada mañana.